La igualdad de género además de constituir un
derecho humano es una condición imprescindible para el desarrollo social,
cultural, económico y político de las sociedades. Al ser un fenómeno
multidimensional que afecta a numerosos ámbitos y aspectos de la vida
(laborales, familiares, económicos, educativos, legales, sanitarios y
políticos), su medición a través de índices compuestos o sintéticos es
fundamental para conocer la evolución de las desigualdades a lo largo del
tiempo e impulsar políticas correctoras de las brechas persistentes.
El Índice Global de Brecha de Género (Global
Gender Gap Index), elaborado por el Foro Económico
Mundial,
mide las diferencias entre hombres y mujeres en cuatro dimensiones:
participación económica y oportunidades, nivel educativo, salud y
supervivencia, y poder y representación política. Este índice permite la
comparación entre países situándolos en un ranking en el que las puntuaciones
oscilan entre 0 y 1, siendo 1 el máximo en términos de igualdad y 0 la
desigualdad total. El objetivo es generar conciencia de los retos planteados
por las brechas de género y establecer las medidas necesarias para reducirlas.
El índice incluye 14 indicadores en el conjunto de las 4 dimensiones y es un
índice de resultados (outputs), pues se incluyen exclusivamente variables que
indican el nivel de igualdad efectivamente alcanzado, y no los medios,
instrumentos o políticas de que cada país dispone para promover o alcanzar la
igualdad de género.
España en 2015, con un valor del 0,742, ocupa
el puesto 25 (de un total de 145 países). Desde 2006 (primer año para el que se
disponen datos) su posición ha variado significativamente, aunque el valor del
índice permanece prácticamente igual, debiéndose a que se ha modificado el
número de países que se incluyen en el ranking. Así, en 2006, España ocupaba la
undécima posición y en 2011, la duodécima posición, año en el que obtuvo la
mejor puntuación. La dimensión en la que España presenta una mayor igualdad de
género es “Nivel educativo” con una puntuación de 0,998; le siguen “Salud y
supervivencia” con un 0,972, “Participación económica y oportunidades” con un
0,674 y, por último, “Poder y representación” con un valor de 0,326. En este
periodo, se ha avanzado en todas las dimensiones cerrándose las brechas de
género, salvo en esta última, que en 2006 alcanzaba un valor de 0,421,
aumentado, por tanto, la desigualdad.
