jueves, 28 de abril de 2011

La natalidad puede remontar si el Estado cumple su parte

"Las buenas políticas familiares son las que ayudan a la gente a trabajar y a tener el número de hijos que quieran tener, y a hacer frente a los desafíos para el mercado laboral de una población que envejece". Esta es la conclusión del megaestudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentado ayer sobre la situación y la atención a las familias en 44 países. La prueba está en los países nórdicos. En un contexto en el que la natalidad ha descendido mucho en la mayoría de países desarrollados desde los años ochenta, las cifras reflejan que allí han conseguido aumentarla con políticas de conciliación que ayudan a las parejas a ser padres sin tener que renunciar a su carrera profesional y sin tener que hacer milagros para combinar empleo y niños.

Noruega ha pasado de 1,72 niños por mujer a 1,98; Suecia, de 1,68 a 1,94; Finlandia de un 1,63 a 1,86; y Dinamarca de 1,55, a 1,84. Y lo han conseguido en un mundo desarrollado en el que parece más complicado tener hijos que hace algunas décadas. Las familias con hijos han desplazado a los mayores como el tipo de hogar de mayor riesgo de pobreza. El porcentaje de niños que viven en hogares pobres en la OCDE ha pasado del 11,6% a mediados de los noventa al 12,7% en 2009; España, con un 17,3%, es el segundo país de la UE con la cifra más alta, solo por detrás de Polonia.

En un contexto de crisis económica, el informe habla del gran reto de las políticas públicas para atender a unas familias cuya complejidad se ha multiplicado, que son más pequeñas (el 21% de los hogares tiene más de un hijo, y el 60%, ninguno), con los padres más mayores, que trabajan más y menos niños viven con sus dos padres (las familias monoparentales de la OCDE son el 8,7%, un punto más que hace 15 años). Uno de los retos es conseguir aumentar la natalidad o, al menos, que la gente tenga el número de hijos que quiera a la edad que desee, algo que, según el informe, "no ocurre en muchos países de la OCDE". Por ejemplo, porque cada vez "más hombres y mujeres quieren establecerse en el mercado laboral antes de iniciar una familia", dice el estudio.

Así, la tasa de natalidad, que en los años setenta era de 2,2 hijos por cada mujer, en 2009 era 1,7. En España, la cifra está en 1,4. Pero, según la última encuesta de fecundidad del CIS, de 2006, las españolas tienen, de media, un hijo menos del que desearían, recuerda la socióloga y demógrafa del CSIC Margarita Delgado.

Muchos expertos, entre ellos Delgado, han enfocado la cuestión de la reducción de la natalidad mientras se da un progresivo envejecimiento de la población, como una situación insostenible a medio y largo plazo porque no habrá suficientes personas trabajando por cada jubilado, sobre todo en el sur y el este de Europa. Sin embargo, otros especialistas rebajan la alarma, y dicen que no es la demografía, sino que son los problemas económicos los que ponen en tensión las pensiones del futuro. "Si yo tuviese que calificar con un único término el cambio demográfico experimentado por España lo haría con la palabra 'progreso", escribía el pasado noviembre en este periódico el también demógrafo del CSIC Julio Pérez Díaz.

Leer el reportaje completo en El País.

miércoles, 27 de abril de 2011

La OCDE dice que en España es "difícil" conciliar la vida laboral y familiar

España debe mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar, según el informe "Doing Better for Families" de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que subraya especialmente que no hay suficientes centros para atender a los niños fuera del horario escolar. Este recurso es "limitado" y muchos padres tienen que recurrir a ayuda "informal": una cuarta parte de los abuelos se ocupan diariamente de sus nietos, señala la organización con sede en París. "A las familias en España les resulta difícil combinar trabajo y vida familiar", dice la OCDE, que ilustra esta situación con las bajas tasas de fertilidad y de ocupación de las mujeres españolas respecto a la media de los países miembros de la organización.

En España las mujeres tenían en 2007 una media de 1,40 hijos (la misma cifra que 20 años antes), frente a 1,74 en el conjunto de los 34 países de la OCDE. En cuanto a la tasa de actividad de las mujeres españolas, era del 53,5%, frente al 59,6% en la OCDE, aunque en este caso la evolución de España ha sido la más importante con 21 puntos porcentuales más desde 1995.

Los autores del estudio reconocen los esfuerzos para ampliar el apoyo a las familias y reducir el coste del cuidado de los niños, y así en 2008 el 66,9% de los menores de 6 años estaban en servicios "formales" (que excluyen a las familias o los no declarados), cuando la media del conocido como el club de los países desarrollados era del 58,2%.

Aunque las ayudas públicas a la familia aumentaron entre 2003 y 2007 hasta el 1,6% del Producto Interior Bruto (PIB) ,en este último ejercicio la cifra era muy inferior a la media del 2,2% de la OCDE, por no hablar de los países más generosos en este aspecto: Francia (3,7%), Dinamarca (3,7%), Reino Unido (3,6%) e Islandia (3,5%).

Otro de los puntos negros reseñados para España en el estudio sobre políticas familiares de la organización es la "fractura" entre hombres y mujeres en el tiempo que dedican a las labores domésticas: menos de dos horas al día para los primeros y unas cinco horas para las segundas, la sexta mayor diferencia de los países miembros. "Una división más equitativa del trabajo no remunerado en el interior de los hogares en España podría contribuir a una mayor participación de padres y madres para la satisfacción de sus aspiraciones laborales", dice la OCDE, que considera que esto permitiría que las familias tuvieran el número de hijos que quieren y en el momento deseado.

El informe también destaca que la actividad laboral de los miembros de la familia es clave para reducir o evitar la pobreza. Un 17,3% de los niños españoles viven en familias pobres, porcentaje notablemente superior al 12,7% de media de la OCDE. En el caso de las familias en las que solo hay un sueldo, la tasa de niños pobres llega hasta el 23,7%, y en las que ningún miembro trabaja, la cifra asciende al 71,7%.

Vía: El País.

Descargar el resumen en español.

Descargar los datos para España.

El 82% de los ejecutivos europeos en contra de las cuotas femeninas en los consejos

El 82 por ciento de los ejecutivos europeos está en contra del establecimiento de cuotas obligatorias en el número de mujeres que ocupan un cargo en los consejos de administración, según un reciente informe publicado por Allen & Overy.

Para realizar este estudio, Allen & Overy encuestó a 100 ejecutivos de compañías europeas sobre el potencial establecimiento de principios corporativos paneuropeos, así como en aspectos concernientes a la estructura de los consejos de administración, compromiso de los accionistas, remuneración, sobornos y corrupción.

Vía: Europapress
Descargar el informe de Allen & Overy (en inglés)

domingo, 24 de abril de 2011

Noruega lija su techo de cristal

María R. Sahuquillo realiza un reportaje en El País sobre los avances exprimentados en Noruega por lo que se refiere a la presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas públicas y a las cotizadas merced a la aprobación en 2003 de una ley de cuotas que obligaba a que el 40% de los miembros de los consejos fuesen mujeres. Las mujeres en los Consejos de Administración de las empresas del país nórdico han pasado del 7% en 2002 al 44% en 2010

La ley dió a a las empresas públicas tres años para adaptarse, y dos más (hasta 2008) al resto de grandes compañías que cotizan en bolsa. En total, la medida afectaba a unas 500 grandes entidades. Su incumplimiento acarreaba durísimas sanciones: desde multas hasta la disolución.

El reportaje cuenta con las opiniones de Kristin Skogen Lund, presidenta de los empresarios noruegos, a quien no le gusta la ley de cuotas -"es intervencionista, lo mejor sería una autorregulación", dice-, pero reconoce que ha funcionado. Con 44 años es además vicepresidenta ejecutiva de Telenor (la mayor empresa de telecomunicaciones del país).

Eirinn Larsen, investigadora en temas de género de la Escuela de Negocios de Noruega (BI), cree que, en parte, la ley salió adelante porque fue un hombre, conservador, ministro de Industria y que aludía razones económicas, quien la propuso. "Antes se había intentado algo similar, siempre a propuesta de una mujer de izquierdas que argumentaba motivos de igualdad. Había códigos de buenas prácticas y recomendaciones para las empresas, pero el resultado era invisible", afirma.

Por eso, el Gobierno estudia extender la ley de cuotas a las más de 160.000 pequeñas y medianas empresas del país. Una medida que no afectaría a las compañías familiares, en las que sería difícil aplicar la paridad. Para el resto, el padre de la ley lo tiene claro: "Si tienen contratos con la Administración, se benefician de subvenciones y de las pensiones, tienen que respetar el equilibrio", dice Gabrielsen. Y añade enérgico: "Si quieres dinero público, amigo, la desigualdad es intolerable".

Leer el reportaje completo.

miércoles, 13 de abril de 2011

Un estudio del IEF analiza el IRPF desde la perspectiva de género

El documento que pertenece a la serie "Papeles de Trabajo", 2/2011 titulado "¿Afectan los impuestos a la des(igualdad) de género? El caso del IRPF español." analiza el impuesto sobre la renta español (IRPF) vigente en 2007 desde la perspectiva de la igualdad de género.

Con ayuda de los modelos tax-benefit de la OCDE, examina los elementos que, en la práctica y en confluencia con otros mecanismos, potencian el comportamiento diferencial de hombres y mujeres, originando, según el estudio, problemas de eficiencia y de equidad.

Tras una breve introducción, en el segundo apartado se fundamenta la relevancia del análisis de la política fiscal desde la perspectiva de género, y la oportunidad del trabajo presentado. En el apartado 3 se describe la declaración conjunta actualmente vigente; en el apartado 4 se calcula y analizan los tipos impositivos efectivos que crea sobre el trabajo de las mujeres casadas; y en el 5 el carácter de la desgravación por declaración conjunta. El apartado 6 se dedica al tratamiento
fiscal de los hijos, comparando distintos tipos de familias y desgravaciones. El último apartado contiene el resumen y las conclusiones del trabajo.

El estudio ha sido elaborado por las investigadoras María Pazos y Bibiana Medialdea.

Descargar el estudio.

La OCDE estima la brecha de género en el trabajo no remunerado en España

La diferencia de género en cuanto al trabajo no remunerado en España es de 3 horas y 7 minutos, ésta es la sexta mayor brecha de la OCDE. La diferencia promedio en la OCDE es de 2 horas y 28 minutos. El trabajo no remunerado en España representa el 41% del PIB, la quinta mayor proporción después de Japón 42%), Nueva Zelandia (43%), Australia (46%), y Portugal (53%).

El informe "Society at a glance 2011"analiza la evolución de indicadores sociales clave. En esta ocasión, la organización se ha centrado también en el trabajo doméstico no remunerado, que calcula que representa cerca de un tercio de la media del PIB de los países miembros.

La organización, que aglutina a los 30 países más ricos del mundo, ha ordenado los países en función de las horas de trabajo empleadas, tanto en estudio y ocupaciones retribuidas como en labores del hogar. Y España no sale mal parada, con 276 minutos al día dedicados al trabajo (4,6 horas, una media que se extrae de dividir la jornada laboral entre la población con edad de trabajar, entre 15 y 64 años). Unida al tiempo de limpieza o cocina, la jornada roza las ocho horas. Los alemanes, en cambio, dedican de media 3,75 horas al trabajo pagado que, contando las labores del hogar, se elevan a 7,35 horas. Otros países con fama de industriosos, como Holanda, Bélgica y, en último lugar, Dinamarca, quedan por debajo de la marca alemana.

Por primera vez, el estudio de la OCDE ha decidido detenerse especialmente en el trabajo no remunerado. Aquí incorpora principalmente las tareas domésticas, como cocinar, la limpieza y ocuparse de los niños, así como el tiempo empleado en hacer la compra. De media, cada persona le dedica unas 3,4 horas diarias a estas funciones, que sumadas al trabajo remunerado supone un tercio de nuestro tiempo. Estas tareas, según la OCDE representarían cerca de un tercio del PIB medio de los países de la OCDE. En el caso de España, la tasa se dispara hasta el 41% del PIB, por detrás solo de Portugal (53%), Australia (46%), Nueva Zelanda (43%) y Japón (42%).

Respecto a las tareas domésticas, en todos los países de la OCDE las mujeres dedican más tiempo a este trabajo no remunerado. Esa brecha suma de media 2,5 horas, aunque existen enormes diferencias. España, con una diferencia de 3,1 horas, es el sexto país -sobre un total de 25-. Solo le superan Italia, Portugal, Turquía y México, donde las mujeres le dedican 4,35 horas más que los hombres. La brecha se reduce a poco más de una hora en los países nórdicos. "Es lógico, porque estos países son más protectores y hay muchos mecanismos de ayuda para conciliar la vida laboral y la personal. Poder compartir el trabajo entre la casa y la oficina ayudaría en este extremo", dice Susana Barcelón, profesora titular de Derecho del Trabajo en la Carlos III.

El estudio constata que cuanta mayor es la dedicación femenina al trabajo remunerado, menores son las diferencias en labores del hogar con los hombres. Por ejemplo, apunta al trabajo a jornada reducida, más común entre las mujeres -más del 40% de las mujeres en Australia, Alemania, Japón, Holanda y Reino Unido tiene este tipo de contrato- como parte de la explicación. En otras zonas donde esta fórmula laboral es menos frecuente, como en el sur de Europa, la presencia de hijos también puede resultar ser un factor importante.

Susana Barcelón cree que cuando se habla de trabajo fuera y dentro de casa la clave es la flexibilidad laboral. "Porque redundará en productividad -los trabajadores emplean mejor su tiempo- y en motivación. La motivación es un buen mecanismo para que el tiempo se emplee mejor", dice. "En España estamos algo mejor en todo eso, se están empezando a ensayar fórmulas europeas en las empresas, aunque aún falta".

Otro dato que se desprende es que los países donde la brecha es más alta, es donde los hombres trabajan menos. En el caso de España, las mujeres son las novenas que más tiempo dedican a estas labores, mientras que los hombres son los cuartos que menos se encargan de estas tareas, solo superados por los surcoreanos, los japoneses, los portugueses y los italianos.

La gran mayoría del trabajo no remunerado se centra en la cocina, la limpieza, el jardín y los trabajos de bricolaje, aunque aquí de nuevo se confirma el reparto tradicional de las tareas. El porcentaje de mujeres que cocina, el 82%, casi dobla el de los hombres. En total, ellas pasan unos 83 minutos diarios en la cocina y ellos 21. En el caso de la limpieza la diferencia es de 43 minutos diarios para las mujeres y 10 para ellos. El cuidado de los niños también recae en las mujeres -35 minutos frente a 12-. A cambio, los hombres dedican 13 minutos diarios a la construcción y el bricolaje, frente a los 3 que emplean ellas.

Fuente: El País.

Descargar el informe de la OCDE (en inglés).

martes, 5 de abril de 2011

Las ‘mompreneur’, una fuerza laboral en Francia

El país vecino vive un auge de madres que se lanzan a montar su propia empresa. Es un 'boom' emprendedor edificante para los tiempos que corren.

Con una mano sujetan el maletín y con la otra empujan el carricoche. Van corriendo de la mesa del despacho a la trona y la culpa de sus noches en vela se la reparten a medias los llantos del bebé con las cifras de negocio. Cada vez son más las francesas que se enfundan el traje de empresarias sobre el de madres. Autobautizadas como las mamiemprendedoras (mompreneur), son madres, empresarias y cada vez más numerosas en el mapa corporativo galo.

El nombre lo han tomado prestado de sus homólogas en Estados Unidos, verdaderas pioneras del movimiento y que ya suman 7 millones. Malabaristas de la conciliación doméstica y profesional, estas emprendedoras tienen entre 25 y 40 años de media, han cursado estudios superiores y la mayoría ocupaba puestos intermedios antes de lanzarse a la aventura en solitario, según un perfil realizado por la asociación Mumpreneur France.

Los nueve meses de embarazo se convierten para ellas en un periodo de "doble incubación". Mientras esperan a su bebé cocinan su proyecto profesional. Al final del camino, el parto es doble. "No fue durante el periodo de lactancia, sino mientras cuidaba a mi hijo, cuando me di cuenta de que la conciliación no era posible si volvía a trabajar así que decidí que era el momento de crear mi propia agencia", explica Elodie, periodista especializada en comunicación empresarial.

Aunque no se trata de un fenómeno nuevo, en Francia se ha acelerado en los últimos años. Son varias las razones que han alimentado este boom maternoempresarial. Con más de 800.000 partos al año, nuestros vecinos son los campeones europeos en natalidad y, además, sus madres son las más activas del continente, con una tasa de actividad del 80% en el caso de las que tienen un hijo.

A esto se une el machismo de las empresas: según datos de un estudio realizado por la firma Regus, especializada en gestión de trabajo al domicilio, un 41% de los empresarios teme una falta de flexibilidad en sus empleadas madres y el 29% tiene miedo de una nueva baja de maternidad.

Mejor solas que mal acompañadas o incomprendidas, esta falta de apoyo en el trabajo hace que muchas prefieran montar el "chiringuito" por su cuenta. En el plano burócrático, lejos de desanimar, los papeles también alientan la decisión. A las ayudas que el Gobierno francés concede a las recién estrenadas se une la reciente reforma del estatuto del emprendedor, que ha democratizado la creación empresarial en suelo galo.

Desde su entrada en vigor en 2009, más de 500.000 personas se han apuntado a esta fórmula que permite a todos los franceses crear su empresa de forma simple y rápida, sin apenas trámites, siempre y cuando no generen más de 80.300 euros de cifras de negocio por una actividad comercial o más de 32.000 euros en el ámbito la prestación de servicios o actividades liberales. A esto se añaden las ventajas fiscales.

Teletrabajo

El mejor aliado en la batalla de las mamiemprendedoras francesas es el ordenador. Las nuevas tecnologías y el desarrollo del comercio online facilitan la gestión de unas agendas siempre apretadas. De hecho, el 79% de las empresarias asegura haber creado su empresa para ganar independencia y el 62% afirma disfrutar de una mayor flexibilidad para combinar el cuidado de los hijos con sus asuntos. Esto explica que la mayoría de las empresarias galas haya parido su compañía en sectores relacionados con las nuevas tecnologías, o en aquellos que facilitan el teletrabajo, como son los servicios de consultoría o a las empresas (comunicación, asesoría empresarial), los servicios a la persona y el comercio online.

Además, las redes sociales han puesto la guinda al pastel virtual. La Red facilita la comunicación y el apoyo mutuo, e incluso ya se han creado redes dirigidas a estas gestoras de pañales y cuentas (les-mompreneur.com, mompreneurs.fr o mompreneurs.over-blog.com). En este contexto se ha desarrollado otra innovadora iniciativa: los mamicafés. En estos akelarres colectivos las asistentes intercambian información y experiencias en una doble dirección: la de la empresa y la de la familia.

“Se trata de poner en común nuestras experiencias. También servimos de soporte a aquellas futuras madres que estudian crear su negocio, pero no saben cómo hacerlo”, explica Edwige. Madre de dos hijos, esta mujer aprovechó sus diez años de experiencia en el mundo de la moda para pasarse al negocio de la ropa para bebé. De esto hace ya tres años. Sabe que en un país como Francia no falta mercado al que dirigirse. “La mayor ventaja es la flexibilidad que te permite, aunque no hay que engañarse: Al final trabajas el doble y encima no desconectas nunca”, recuerda esta madre todoterreno que advierte: Colocarse la medalla de empresaria junto a la de madre no es fácil. Al contrario, dos galones pesan más que uno.

De hecho, según la citada asociación de mamiemprendedoras, el 86% reconoce que el hecho compartir espacio doméstico y profesional les obliga a trabajar durante los fines de semana o por las tardes, mientras que sólo un 54% de las asalariadas lo hace. El 58% explica que, a pesar de la aventura, aún tiene dificultades para gestionarlo todo.

Su expansión es tal que estas heroínas domésticas ya han creado un galardón que premia a la mamiempresaria del año. El pasado año se presentaron 300 proyectos, aunque sólo tres recibieron premio. El esfuerzo de todas ellas lo merece.

Fuente: Expansión

La desigualdad social y laboral provoca el éxodo de la mujer rural

El "Diagnóstico de la Igualdad de Género en el Medio Rural" del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), al que ha tenido acceso Efeagro, plantea que acabar con este éxodo rural-urbano femenino exige fórmulas que favorezcan su arraigo en el territorio y combatan las "fuertes cargas" que soportan.La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, así lo explicita en el prólogo del informe, en el que señala que "todo pasa por la permanencia y el empoderamiento" de las mujeres rurales como mejor garantía contra el despoblamiento progresivo que "erosiona el patrimonio cultural y natural".

El objetivo fundamental del diagnóstico es servir de herramienta para la incorporación del enfoque de género en la Política Nacional de Desarrollo Rural, y se ha realizado a partir de encuestas a 4.645 habitantes de entre 20 y 65 años de zonas rurales.

El medio rural español abarca una superficie de 426.353 kilómetros cuadrados e integra a 6.694 municipios, en los que viven más de 8,23 millones de personas, un 49 % de los cuales son mujeres, con una tasa de empleo que no alcanza el 50 % en el caso de ellas.

En este contexto, el informe destaca que este éxodo femenino, además de aumentar la masculinización del medio rural, ha reducido el número de apoyos familiares, lo que unido a la escasez de servicios de atención, incrementa la carga de cuidados que deben soportar las mujeres que permanecen en él y merma sus posibilidades de empleo, formación y ocio.

En la actualidad, la tasa de masculinización asciende al 103,9 %, lo que supone que, por cada cien varones, hay 96,1 mujeres; aunque en la generación soporte (de 30-49 años) llega a haber 84,7 mujeres por cada cien hombres.

Otra de las razones que empujan a las mujeres a abandonar el medio rural es la situación laboral, ya que la tasa de inactividad femenina -entre 20 y 65 años- alcanza el 38,4 %, y un 77,6 % de las mismas realizan trabajo doméstico no remunerado.

Según el informe, la "organización social tradicional" expulsa del mercado de trabajo a una de cada tres mujeres rurales y las que se encuentran en activo acusan la precariedad laboral, con una marcada feminización de la contratación temporal y discontinua.

La brecha salarial, según el diagnóstico, es otro elemento importante, ya que los sueldos de las mujeres rurales cuentan con una mayor concentración, respecto a los de los hombres, en la banda salarial que va desde los ingresos inferiores a los 400 euros hasta los 800 euros.

Los sueldos de los hombres rurales se concentran, en mayor medida que los de las mujeres, en la banda desde los 800 a más de 1.800 euros.

Como corolario, el informe propone medidas para tratar de garantizar la permanencia de las mujeres en los territorios en torno a tres ejes de actuación: reducir los desequilibrios de género a escala familiar y pública, avanzar en la inserción de mujeres en el mercado laboral y mejorar la oferta de servicios.

Fuente: EFEAGRO

viernes, 1 de abril de 2011

Según la experiencia de Noruega, las cuotas voluntarias no funcionan

Las cuotas voluntarias en los consejos de administración de las empresas cotizadas como propone la Comisión Europea no funcionan según ha comentado un miembro del gobierno noruego según la experiencia noruega en este asunto. Son necesarias las cuotas establecidas por ley.

"En Noruega no fuimos capaces de lograr cambios importantes con la opción voluntaria", señaló a EUobserver en una entrevista la Ministra de Administración Pública Rigmor Aastrud.

Ella recordó que el gobierno conservador de Noruega comunicó en 2003 a las empresas que se adoptaría una ley de cuotas en el plazo de dos años a menos que el número de mujeres se aumentara de manera sensible de modo voluntario.

"Pero no fue un verdadero éxito, el sistema voluntario no funcionó. Incrementamos del 5 al 6%, pero no era verdaderamente perceptible. Así que se aprobó una ley y se dió a las compañías un plazo de dos años para incrementar la cuota de mujeres al 40% en los consejos. De 2007 a 2009, las compañías cotizadas incrementaron la presencia de mujeres del 6 al 39,6%, lo que es un éxito" explica.

De acuerdo con la ley noruega, las compañías cotizadas pueden ser disueltas si no alcanzan el 40%. Hasta el momento ninguna lo ha sido. Inicialmente, las compañías se opusieron e hicieron campaña contra la medida, pero una vez se aprobó la ley, muchas comenzaron a ofrecer cursos de formación a los que los consejeros delegados de compañías que se ofrecieran voluntariamente podían enviar hasta tres ejecutivas para recibir formación sobre competencias y oportunidades de "networking". A finales de 2007, casi 600 mujeres habían realizado la formación especalizada, de las que la mitad se convirtieron en miembros de consejos de administración.

En Europa, las cifras de la Comisión Europea muestran que solo el 12% de los miembros de las principales sociedades cotizadas son mujeres y que en el 97% de los casos el consejo está presidido por un hombre. Hasta ahora, la presencia de mujeres en los consejos se ha incrementado solo en medio punto porcentual en los últimos siete años.

"A este ritmo, si no se adopta alguna acción, se tardarán 50 años antes de lograr un equilibrio razonable (40% de cada sexo) en los consejos de las compañías", decía la Comisión Europea en su reciente declaración.

La comisaria de justicia de la UE Viviane Reding, a principios de marzo, propuso a las empresas cotizadas a firmar una declaración voluntaria para incrementar la presencia de mujeres en sus consejos hasta el 30% para 2015 y al 40% para 2020. Si las compañías no adoptan medidas en un año, la comisaria sugiró que la Comisión podría aprobar normas al respecto.

En Noruega, el sistema voluntario no funcionó porque los "miembros varones de los consejos siempre seleccionaban personas de entre sus contactos, normalmente otros hombres" comentaba Aasrud.

Admitiendo que las cuotas representan una forma de discriminación positiva, ella insistió en que las mujeres seleccionadas están "bien formadas" y que tienen "diferentes experiencias y son más jóvenes que sus colegas varones". De manera similar a las estadísticas de la UE que muestran que el 60% de las personas graduadas en la universidad son mujeres, en Noruega, tres de cada cinco estudiantes a punto de licenciarse son mujeres.

"En general, la experiencia en Noruega ha sido buena para las compañías, más creatividad, más innovación y más diversidad que antes", comentada Aasrud.

Un modo de asegurar el éxito de las cuotas, sin embargo, es mejorar las guarderías y la asistencia social para ambos progenitores, para que la madre no tenga que sacrificar su carrera para cuidar de un hijo, añadió la política noruega.

"Creo que es importante combinar la regulación sobre cuotas con un buen sistema de seguridad social. Tenemos un sistema que le permite al padre quedarse en casa 10 semanas. Dos de nuestros ministros varones han cogido permisos de paternidad recientemente" comenta.

"Es bastante común en Noruega que tanto hombres como mujeres se queden en casa con sus hijos/as. Eso ha sido importante para dar oportunidades laborales a las mujeres, porque las empresas están acostumbradas a que tanto hombres como mujeres utilicen permisos por motivos de nacimiento de un hijo."

Fuente: EUobserver

Hay vida más allá de la jornada completa

Reportaje en El País sobre el trabajo a tiempo parcial, modelos, experiencias y personas más beneficiadas.

El cabeza de familia está muerto. Aquello de que el hombre trabaja fuera y la mujer en casa hace décadas que se terminó. Nuevos tiempos, nuevas preguntas. Si un sueldo y ocho horas de trabajo bastaban entonces para mantener a la prole, ¿por qué no podrían ahora servir los dos sueldos de la pareja para hacer lo mismo con la mitad de tiempo? La idea tiene algo que ver con el clásico problema matemático para niños que habla del número de obreros y el tiempo que tardan en construir una casa. A más trabajadores, menos horas; cuestión de proporcionalidad inversa.

El Gobierno está fomentando la jornada parcial entre jóvenes y parados de larga duración. Trata de reducir un desempleo del 20%, que llega al 32% para los menores de 30 años: ya que las empresas no contratan a tiempo completo, a ver si con bonificaciones fiscales se animan a hacerlo a jornada parcial, que cuesta menos.

La medida, incluida en el Acuerdo Económico y Social que firmaron en febrero Ejecutivo, patronal y sindicatos, exime a las empresas de abonar cuotas a la Seguridad Social durante 12 meses por los parados que contraten a tiempo parcial si son menores de 30 años o llevan más de uno buscando empleo. La bonificación es del 100% para empresas con una plantilla inferior a 250 trabajadores y del 75% para las que superan ese número. En febrero, la contratación a tiempo parcial fue un 4% superior a la del mismo mes del año anterior.

Dice la secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, que el programa se pone en marcha con una "doble mirada". La principal es la del plan de choque contra el desempleo, pero "también existe una visión a largo plazo; los países con mayores porcentajes de contratos a tiempo parcial registran también las menores tasas de paro, sobre todo juvenil y femenino. Nunca diré que es un contrato especial para ellas, pero facilita la incorporación de la mujer al trabajo", asegura. Y es cierto que en toda Europa la ocupación parcial femenina es muy superior a la masculina. En España, entre las mujeres representa el 22,4%; entre los hombres, el 5,2%.

Sandalio Gómez, catedrático de relaciones laborales de la escuela de negocios IESE y férreo defensor de la jornada parcial, considera que si en el sur de Europa está menos extendida es porque la mujer ha tardado más en incorporarse al mercado de trabajo. Ahora que el modelo del breadwinner (el hombre que trae en exclusiva el dinero al hogar) parece que agoniza, es momento de pensar en la jornada parcial como un instrumento de flexibilidad, según Gómez: "Se tiene que permitir al trabajador promocionar en la compañía aunque no trabaje a tiempo completo. No tiene por qué ser siempre la mitad de la jornada y del salario, sino el 70%, en algunos casos, o una parte del trabajo hecho desde casa, por ejemplo. Flexibilidad, en definitiva. Es de lo que estamos hablando en todas las escuelas de negocios".

Suena bastante ajeno a la vida española, pero el porcentaje de empleos a media jornada ha crecido significativamente en la última década (representaba el 8% del total en el año 2000 y hoy ronda el 13%). Además, la mujer no tiene que incorporarse al mercado laboral. Ya está incorporada. Ahora aspira a que sus condiciones se equiparen completamente a las del hombre, y en este sentido el empleo parcial tanto puede ser un instrumento para ella como para él. Al menos, en potencia. En el caso de Jaume Sala, fisioterapeuta que trabaja en Asepeyo cinco horas cada mañana, el cuidado de sus tres hijos recae más en él que en su mujer, empleada a tiempo completo. "Tendríamos más dinero si los dos trabajáramos ocho horas, pero a veces hay que elegir entre la compensación económica y la familiar", afirma.

Leer el reportaje completo en El País.