miércoles, 30 de diciembre de 2020

Diferencias de género en los patrones de movilidad bajo la pandemia COVID-19

La pandemia de COVID-19 ha reducido de forma dramática la movilidad de la población, debido tanto a las medidas tomadas por los gobiernos para minimizar contactos personales, incluyendo viajes, cierre de colegios y negocios, y órdenes de confinamiento domiciliario, como a la propia iniciativa de las personas que voluntariamente han restringido sus movimientos por temor al contagio y por responsabilidad social. Así lo atestiguan los indicadores agregados de movilidad de compañías como Google, Apple o Goolsbee and Syverson, entre otras.

En relación con estos cambios en la movilidad, recientemente el Fondo Monetario Internacional ha publicado un informe sobre cómo se están produciendo diferencias importantes en función del sexo y la edad de las personas. Se han analizado datos a nivel provincial provistos por Vodafone en Italia, Portugal y España, que han permitido, entre otras cosas, incrementar el conocimiento sobre el desproporcionado impacto que la crisis está teniendo sobre las mujeres. Este fenómeno se evidencia en distintas áreas, atestiguando por ejemplo que las mujeres asumen en mayor medida el cuidado de hijos e hijas cuando no acuden al colegio, o que desde el punto de vista laboral, dada su mayor precariedad (mayor tasa de empleo a tiempo parcial y mayor temporalidad) es más fácil que en un contexto de crisis, como el de la pandemia actual, sean despedidas. Por otra parte, el desempleo está afectando más a las mujeres en la crisis por la COVID-19, ya que ésta ha golpeado más fuertemente sectores que requieren contacto personal, como la hostelería, el cuidado personal o el comercio minorista, tradicionalmente feminizados.

El informe sobre movilidad del FMI añade a estos efectos de la pandemia, como ya se ha señalado, la evidencia de que también hay diferencias en cuento a la movilidad, analizando sus causas, y sus consecuencias en la participación laboral de las mujeres. Se observa por ejemplo que la adopción de medidas de confinamiento domiciliario en Italia, Portugal y España, se traduce en una contracción de la movilidad que afecta más a las mujeres. Cuando el confinamiento se acompaña de cierre de los colegios, el diferencial de género aumenta, subrayando la desigualdad en el rol de cuidado de hijas e hijos por parte de las mujeres. Cruzando sexo con edad, se observa que entre la población de 24 a 45 años, un confinamiento completo reduce el número de mujeres que salen del hogar en un 26%, mientras que el de hombres lo hace en un 21%. La brecha de género es de 3,6 puntos porcentuales para las personas de 18 a 24 años y de 3,7 puntos porcentuales para las de 45 a 64 años. Para las personas en el grupo de edad de 65 años o más, la caída en la movilidad de las mujeres es estadísticamente indistinguible de la de los hombres.

Todos estos hallazgos alertan sobre un riesgo importante de agravamiento de las desigualdades de género, que requerirán políticas específicas para apoyar a las mujeres durante la pandemia, por ejemplo mediante la oferta de permisos parentales y marentales en igual medida y condiciones, para fomentar la corresponsabilidad en el cuidado de la descendencia cuando los colegios están cerrados.

Fuente: Caselli, F., Grigoli, F., Sandri, D., & Spilimbergo, A. (2020). Mobility under the COVID-19 Pandemic: Asymmetric Effects across Gender and Age (No. 753). GLO Discussion Paper. Disponible en: 
https://www.imf.org/en/Publications/WP/Issues/2020/12/11/Mobility-under-the-COVID-19-Pandemic-Asymmetric-Effects-across-Gender-and-Age-49918

viernes, 27 de noviembre de 2020

Análisis de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2020 desde la perspectiva de género

Sube el paro en Andalucía y España en comparación con el tercer trimestre del año anterior

En el tercer trimestre del año el paro subió un 7,7% con respecto a 2019, hasta llegar a 932.300 personas paradas. Para las mujeres la subida anual fue del 7,3% (33.900 mujeres paradas más), y para los hombres, del 8,2% (32.600 más). La subida del paro es mucho mayor en España, de un 15,8% anual, hasta un total de 3.722.900 personas, con subidas por sexo del 14,7% en las mujeres y del 17,1% en hombres.

La tasa de paro en Andalucía aumentó 2 puntos respecto al mismo trimestre del año anterior, cifrándose en el 23,8% (28,5% en mujeres y 20% en hombres). Por sexo, sube la tasa de paro femenina 2,5 puntos, y la masculina 1,6. La brecha de género en esta tasa ha crecido 5,1 puntos porcentuales en los últimos diez años, y es actualmente la más alta desde el tercer trimestre de 2011, 8,5 puntos porcentuales. En cuanto a España, la subida en la tasa de paro es de 2,3 puntos porcentuales, hasta el 16,3% (tasa femenina 18,4 y masculina 14,4%).

La ocupación baja, debido a la destrucción de empleo en los servicios y la construcción

En cuanto a la ocupación, alcanza la cifra de 2.985.300, con una variación del -3,7%, 115.600 personas ocupadas menos. La bajada para las mujeres fue del -5,3% (70.400 menos), y para los hombres, del -2,5% (45.200 menos). Hay que tener en cuenta que en las cifras de personas ocupadas se incluye a las afectadas por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) con suspensión de empleo siguiendo la metodología de la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que se aplica en la EPA.

Esta evolución lleva la tasa de empleo al 42,5% en Andalucía, 2 puntos porcentuales menos que el año anterior, con diferencias por sexo, al ser del 35% para las mujeres (baja -2,2 puntos) y del 50,4% para los hombres (desciende -1,6 puntos). La diferencia por sexo en la tasa es la segunda más alta desde 2011 (fue de 15,5 puntos en el cuarto trimestre de 2018), cifrándose en 15,4 puntos porcentuales. En España, la tasa baja -2,1 puntos, y se cifra en el 48,4%, presentando menores diferencias por sexo que Andalucía, con una tasa femenina del 42,9% y masculina del 54,3%.

En Andalucía, se destruye empleo en la construcción (baja un -2,8%, por sexo -10,9% para las mujeres y -2,3% para los hombres) y los servicios (-5,9% menos, -6,9% en mujeres y -4,8% en hombres), y se crea en el sector agrario (11,2% más, 2,3% para las mujeres y 13,6% para los hombres), y en la industria (sube un 2,7%, por sexo 23,3% más en mujeres y -2,3% menos en hombres).

Continúa aumentando el autoempleo y disminuyendo el empleo asalariado

En cuanto al tipo de relación laboral, sigue subiendo el empleo por cuenta propia, un 1,2% anual este trimestre (aumenta un 4,2% para las mujeres y desciende para los hombres un -0,4%). Las tasas de autoempleo son del 14,9% en mujeres y 20,5% en hombres. Por su parte el empleo asalariado mantiene su tendencia con un -4,8% de variación anual (-6,8% para mujeres y -3,1 para hombres). Mientras sube el número de asalariados indefinidos en un 1,2% (baja en mujeres -0,7% y sube en hombres 2,7%), baja el de temporales un -15,7% (-17,8% en mujeres y -14,1% en hombres). La tasa de temporalidad baja 4 puntos, hasta el 31,1% (31,3% la femenina y 30,9% la masculina.

Se mantiene la tendencia de crecimiento en la inactividad, y baja por segundo trimestre consecutivo la actividad

La población activa baja anualmente un -1,2%, 49.000 personas menos, de las que el 74,3% son mujeres y el 34,6% hombres. La tasa de actividad desciende en -1,1 puntos (-1,4 puntos en mujeres y -0,8 en hombres), y se sitúa en el 55,8% (48,9% la femenina y 62,9% la masculina). Por su parte, la inactividad sube un 3,2%, 96.500 personas más, de las cuales el 65%, 62.700, son mujeres (un 3,5% más) y el 35%, 33.800, hombres (un 2,7% más). Crece la inactividad por motivos de estudio (6% total, 5,7% en mujeres y 6,3% en hombres) y dedicación a tareas del hogar (un 5,4%, por sexo 3,1% en mujeres y 27,8% en hombres), y baja la inactividad por jubilación, (-0,2% en conjunto, 0,8% más en mujeres, y -0,8% en hombres).

viernes, 30 de octubre de 2020

El Presupuesto con Perspectiva de Género, herramienta básica para la OCDE

La OCDE se encuentra implicada desde hace años en los esfuerzos para reducir las brechas de género, cuyas consecuencias, según manifiesta la institución multilateral, se trasladan a partes iguales a los ámbitos social y económico. En 2015, la OCDE lanzó sus recomendaciones para avanzar en igualdad de género en la vida pública, y en línea con este documento, publica ahora el trabajo Diseño e implementación de la presupuestación con enfoque de género: una vía para la acción. Según este informe, la presupuestación con enfoque de género (PPG) asegura que las medidas emprendidas por los gobiernos para reducir la desigualdad entre hombres y mujeres sean tenidas en cuenta de forma sistemática en las decisiones sobre ingresos y gastos del Presupuesto.

Siguiendo las recomendaciones de la OCDE, más de la mitad de los países miembros han comenzado a presupuestar con este enfoque, y otros muchos se encuentran en vías de hacerlo. De hecho, el informe lleva a cabo un recorrido por los distintos países asociados que están usando la herramienta de PPG, presentando experiencias destacadas que ejemplifican cada uno de los elementos que deben integrar y constituir el proceso de presupuestación con enfoque de género.

El establecimiento de líneas directrices desde la autoridad presupuestaria cuenta con una enorme potencia desde el punto de vista de la transversalidad, para alcanzar a todas las áreas de política. Por ese motivo, la OCDE recalca la importancia de que se emitan lineamientos en cuanto al presupuesto con enfoque de género, paralelamente a otras iniciativas como el presupuesto verde, el presupuesto socialmente responsable o el presupuesto orientado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Tres son los elementos que deben estar presentes en el diseño y puesta en marcha de un presupuesto con enfoque de género con capacidad transformadora y sostenido. En primer lugar, es necesario un sólido marco estratégico, ya que los esfuerzos en PPG requieren compromiso político, sólido liderazgo y un claro reparto de responsabilidades entre los diferentes actores, para poder llevar adelante este enfoque transversal. En segundo lugar, es imprescindible el uso de herramientas adecuadas. La OCDE recomienda en este sentido decantarse por un enfoque que se base en las estructuras presupuestarias y el en el modelo presupuestario ya existentes, y que sea incluido en todas las fases presupuestarias: ex–ante (planificación), aprobación y ex-post (evaluación). Finalmente, el documento subraya que es fundamental contar con un “entorno adecuado”, lo que incluye contar con un banco sistemático de datos desagregados por sexo, un personal con la formación y capacidades adecuadas, unas relaciones estructuradas que sustenten el compromiso con la sociedad civil y la supervisión de las instituciones encargadas del control, como el Parlamento y la Cámara de Cuentas.

Los primeros esfuerzos de la OCDE para elaborar un indicador compuesto en relación con los PPG miden la profundidad y el alcance con que cada país ha desarrollado cada uno de los tres elementos antes descritos, clasificándolos en cuatro categorías: nivel mínimo, nivel introductorio, nivel de transversalidad, y avanzado. Casi la mitad de los países de la OCDE que usan los PPG se encuentran en el nivel introductorio (Bélgica, Chile, Finlandia, Alemania, Israel, Irlanda, Italia y Portugal), y la otra mitad, se sitúan en el nivel de transversalidad (Austria, Japón, Corea, Canadá, Islandia, México, Noruega, España y Suecia). Ningún país hasta la fecha se puede clasificar como “experiencia avanzada”. Cabe señalar que no se analizan en este informe experiencias de ámbito regional o local.

Fuente: Designing and implementing Gender Budgeting, a path to action. OECD (2020). https://read.oecd-ilibrary.org/governance/designing-and-implementing-gender-budgeting-a-path-to-action_689198fa-en#page1
 

martes, 29 de septiembre de 2020

Informe sobre los retos de la digitalización desde el punto de vista de género

La digitalización y el desarrollo imparable de la automatización y la inteligencia artificial constituyen uno de los principales retos del empleo y de las sociedades de hoy. Desde el punto de vista de género, puesto que se destruirán, transformarán y crearán empleos, es necesario conocer cuáles son las principales desigualdades existentes, y anticipar su evolución desde las políticas públicas, para asegurar que no haya retrocesos en términos de igualdad entre hombres y mujeres. El informe “Mujeres y digitalización. De las brechas a los algoritmos” publicado recientemente por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, se centra en cómo los diferentes acontecimientos vitales y personales condicionan la presencia o ausencia de las mujeres en la sociedad digital, y en cuáles son las posibles respuestas a las diferentes problemáticas vinculadas a la brecha digital de género y sus implicaciones.

En cuanto a las brechas digitales de género, se analiza en primer lugar el desigual acceso a las herramientas digitales, concluyéndose que el acceso a las mismas no significa inclusión digital, ya que a pesar de que las mujeres han incrementado sustancialmente el uso de dispositivos tecnológicos, se siguen observando brechas importantes ligadas al acceso material, económico y simbólico a estas tecnologías. Por su parte, al estudiar la brecha en las competencias digitales, puesto que está relacionada con la posición de género de las personas en nuestra sociedad, es necesario tener en cuenta la intersección del género con otras variables como el nivel educativo, la edad, la dimensión rural/urbana, o el nivel socioeconómico. Por último, en la brecha digital correspondiente a la participación sociopolítica, el informe señala que las redes sociales han permitido el empoderamiento colectivo de las mujeres y por otra parte, han contribuido al mantenimiento de los roles y estereotipos de género en torno a la imagen corporal, y como mecanismo a través del cual obtener la aceptación social por parte de niñas y niños, adolescentes y jóvenes.

En relación con la digitalización y el empleo, la transformación del mercado laboral está ligada a la flexibilización de las condiciones laborales y la globalización de los procesos de producción, con predominio de contratos temporales y autoempleo, especialmente en el caso de las mujeres. Por otra parte, la digitalización lleva consigo la posibilidad de hacer uso de herramientas de teletrabajo, lo que favorece las posibilidades de conciliación, pero también supone un arma de doble filo porque implica el riesgo de que el trabajo realizado sea menos visible y valorado y de que exista sobrecarga para las mujeres.

Sobre la empleabilidad, el estudio subraya el creciente interés del mercado por perfiles híbridos, con altas competencias digitales y sociales (provenientes de carreras ligadas a las humanidades y las ciencias sociales), capaces de identificar nuevas realidades sociales, en el que las mujeres pueden realizar aportaciones destacadas. Los entornos educativos formales e informales siguen albergando diferentes expectativas y confianza en las propias competencias, para los hombres y para las mujeres, por lo que es necesario tener en cuenta los sesgos inconscientes en las relaciones laborales y en la toma de decisiones sobre reclutamiento y retención de personas en el sector TIC.

Por lo que se refiere a la participación de las mujeres en la producción y aplicación de las TIC, los sesgos de género en el diseño y creación de tecnologías reproducen los sesgos existentes en nuestra sociedad. La escasa presencia de mujeres en este ámbito contribuye a que dichas tecnologías no contemplen las opiniones, intereses y prioridades de las mujeres. Igualmente es necesario considerar los sesgos de género en la generación, tratamiento y análisis de datos masivos (Big Data) que se toman como referencia para el diseño de políticas de impacto social como puede ser la salud, la educación, o el consumo.

Fuente: Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades (2020). Mujeres y digitalización. De las brechas a los algoritmos.

jueves, 27 de agosto de 2020

Impacto de género en los ingresos del trabajo en España: la penalización por descendiente

Tras el nacimiento del primer hijo, los ingresos percibidos por las mujeres en España caen un 11,4% en el primer año, a diferencia de los ingresos de los hombres que apenas se ven afectados por la paternidad, según señala el análisis publicado en la Serie de Documentos Ocasionales del Banco de España. Este impacto diferencial es aún mayor diez años después del nacimiento, estimándose que alcanza un 28% de los ingresos de las mujeres. La brecha salarial entre trabajadores y trabajadoras sigue siendo, hasta la fecha, un hecho innegable en todos los países. Así, según la Encuesta Anual de Estructura Salarial del INE, en España el salario medio bruto de las mujeres en 2017 representó el 78,4% del de los hombres, encontrándose entre sus principales causas el reparto desigual de las responsabilidades en la crianza de los hijos, basado en discriminaciones de género.

Utilizando datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales de la Seguridad Social, se ha realizado un análisis sobre la existencia de una penalización por hijo/a en España, analizando diferencias entre hombres y mujeres en su perfil de ingresos tras el nacimiento del primer descendiente y utilizando datos de los registros de la vida laboral de la Seguridad Social durante el periodo 1980-2018. Para su elaboración se tomó como referencia la metodología empleada en un reciente estudio de Kleven, Landais y Søgaard (2019) sobre la situación en Dinamarca, que concluye que la mayor parte de la brecha salarial de género está vinculada a los efectos de la maternidad.

Como factores que contribuyen a esta brecha de género destaca la disminución del tiempo de trabajo de las madres tras la llegada del primer hijo, estimándose una reducción de un 9,8% del número de días trabajados el primer año y de un 23% en los 10 años siguientes, bien mediante la reducción del número de días trabajados o en el cambio a jornada a tiempo parcial o con contrato temporal.

Estos cambios afectan directamente a los ingresos anuales de los progenitores, que progresivamente dejan de converger en su nivel de ingresos percibidos desde el nacimiento del primer descendiente. La probabilidad de trabajar a tiempo parcial aumenta entre las mujeres en un 30% un año después de su primer hijo, mientras que en los hombres esa probabilidad disminuye en un 8%, afianzando el tradicional rol productivo masculino.

Otra de las conclusiones es que el nivel educativo de las mujeres incide en el grado de participación en el mercado laboral, así las mujeres con formación universitaria reaccionan a la maternidad más en el margen intensivo (trabajando a tiempo parcial), mientras que las mujeres sin formación universitaria son relativamente más propensas a hacerlo en el margen extensivo (trabajando menos días).

Comparando con la estadística de otros países y las estimaciones que se han realizado en los mismos en el estudio mencionado de Kleven, Landais y Søgaard (2019), se observa en España un coste de la penalización por descendiente similar en magnitud al encontrado en Suecia y Dinamarca, aunque con mayor persistencia. Por el contrario, la penalización española es menor que la de Reino Unido, Estados Unidos, Alemania y Austria. Por ejemplo, en el caso concreto de Dinamarca se produce un descenso en las ganancias de las mujeres de un 30% en el primer año después del primer parto, que converge a alrededor del 20% en el largo plazo, no reflejándose estos efectos en los hombres.

Fuente: De Quinto, Hospido y Sanz (2020). The child penalty in Spain. Serie Documentos Ocasionales Num. 2017. Banco de España.

jueves, 30 de julio de 2020

Análisis de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2020 desde la perspectiva de género

En el segundo trimestre de 2020, la declaración del estado de alarma debido a la COVID-19 ha afectado de manera contundente los resultados de la EPA.

Baja el desempleo en Andalucía, principalmente entre las mujeres
El paro baja un -5,6% con respecto al año anterior, registrándose 788.500 personas paradas. Por sexo, para las mujeres baja en un -9,6% (43.600 menos), mientras que el descenso entre los hombres es mucho menor, del -0,9% (3.400 menos). En España, el paro sube un 4,3% anual, llegando a 3.368.000 personas, y por sexo sube un 0,3% entre las mujeres y un 8,7% entre los hombres.

La tasa de paro andaluza se cifra en el segundo trimestre en el 21,3%, y sigue siendo más alta entre la mujeres (25%) que entre los hombres (18,4%), a pesar de que para las primeras baja anualmente en -0,1 puntos porcentuales y para los segundos sube en 0,7 puntos. En España, la tasa de paro sube 1,3 puntos, y llega al 15,3%, con menor diferencia que en Andalucía entre la tasa femenina, del 16,7% y la masculina, del 14,1%.

También baja la ocupación, sobre todo la femenina
La ocupación baja en Andalucía un -7,3% anual, situándose en 2.909.000 (198.100 menos), de los que 1.225.600 eran mujeres (un -9,3% interanual menos) y 1.683.400 hombres (un -5,7% menos). Así, la tasa de empleo se sitúa en el 41,5%, -3,6 puntos menos que en 2019, siendo del 34,2% para las mujeres (baja -3,8 puntos) y del 49,1% para los hombres (-3,3 puntos porcentuales menos). En el conjunto de España, la tasa de empleo baja 3,5 puntos, hasta el 47%, y es también menor las femenina, del 41,7% que la masculina (52,7%).

Respecto al trimestre anterior, hay 226.800 ocupados más que no trabajaron la semana de referencia debido a que se encontraban en expediente de regulación de empleo y 211.300 más en paro parcial por razones técnicas o económicas, entre otros motivos.

Baja la ocupación en todos los sectores, aunque son la construcción (-9,8% menos que el año anterior) y los servicios (-8,2% menos) los más afectados. Hay 20.900 personas menos trabajando en la construcción, sobre todo hombres (-19,800 menos frente a -1.100 mujeres menos). En los servicios, la bajada anual es de -195.800 personas, con una bajada entre las mujeres (-143.400 en total) que casi triplica la de los hombres (descenso de -52.300).

Continúa aumentando el autoempleo en Andalucía
Respecto al año anterior, sube el empleo andaluz por cuenta propia un 2,5% (entre los hombres 3,5% y entre las mujeres 0,7%). Las tasas de autoempleo son del 15,1% para las mujeres y del 22,1% para los hombres (19,2% para el conjunto). El empleo asalariado baja un -9,2% (-10,9% para las mujeres y -7,9% para los hombres). El descenso es mucho mayor en el empleo temporal (un -24,8% menos anual) que en el indefinido (-0,6% anual), con lo que baja la tasa de temporalidad en -6,1 puntos, y se sitúa en el 30,5% para las mujeres y el 29,1% para los hombres.

Baja la actividad y sube la inactividad, en ambos casos más entre las mujeres
Baja la población activa en Andalucía en 273.900 personas (el 61,9% son mujeres y el 38,1% hombres). La tasa de actividad baja -4,3 puntos, y es del 45,6% para las mujeres y del 60,2% para los hombres. La inactividad sube un 10,9%, 325.200 personas (60,8% mujeres y 39,2% hombres), destacando el aumento de la inactividad por dedicación a tareas del hogar (28,4%), con significativas diferencias por sexo: 20,5% más entre las mujeres y 106,5% más entre los hombres (son hombres solo el 17,3% del total de las personas inactivas por este motivo).

jueves, 25 de junio de 2020

Integración de la Perspectiva Medioambiental en el Presupuesto de la Junta de Andalucía: Fondo Presupuesto Verde

Según las conclusiones del Foro de la OCDE sobre “Medioambiente. Transversalidad de género y empoderamiento de las mujeres para la sostenibilidad ambiental”, celebrado en marzo de 2020 en París, se deberá asegurar que la transición a una economía más ecológica y baja en carbono brinde beneficios a toda la ciudadanía. En este sentido, existe una conciencia creciente de la necesidad de capitalizar las sinergias existentes entre las políticas ambientales y los objetivos económicos y sociales, entre los que se encuentra la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Son numerosas las evidencias por un lado, sobre el diferente impacto que la degradación ambiental tiene para hombres y mujeres, con importantes particularidades según se trate de economías avanzadas o países de rentas bajas, y por otro, de la distinta capacidad de hombres y mujeres para participar en los procesos con incidencia ambiental.

La protección del medio ambiente, la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático son áreas prioritarias para la Junta de Andalucía, tal como refleja la Ley 8/2018, de 8 de octubre, de medidas frente al cambio climático y para la transición hacia un nuevo modelo energético en Andalucía. Estas áreas se potencian, además, en el contexto actual de medidas de reconstrucción frente a los efectos de la pandemia del COVID 19. Según la Ley 8/2018, la lucha contra la crisis climática se contempla como una estrategia horizontal, que se apoyará en la elaboración de un Presupuesto Verde (Green Budgeting), destinado a promover que tanto las políticas de gasto, como las políticas tributarias que se despliegan mediante el Presupuesto público sean congruentes con los objetivos ambientales. Esta iniciativa andaluza se alinea con las recomendaciones de organismos internacionales como la OCDE, que pilota un proyecto para divulgar y extender el presupuesto público vinculado a objetivos ambientales entre sus Estados miembros, a través del foro internacional «París Collaborative on Green Budgeting» creado en diciembre de 2017.

La Consejería de Hacienda, Industria y Energía ha publicado la Orden de 4 de junio de 2020, por la que se regula la financiación de proyectos que promuevan la integración de la perspectiva medioambiental en el Presupuesto de la Comunidad Autónoma de Andalucía (Fondo Presupuesto Verde), que se dirige a potenciar la elaboración de diagnósticos de los programas presupuestarios respecto de su contribución a los objetivos medioambientales, el diseño de objetivos, actuaciones e indicadores presupuestarios orientados a abordar aquellas necesidades más relevantes que se detecten, y el fortalecimiento de las capacidades y conocimiento en materia medioambiental y su relación con el proceso presupuestario.

Esta necesidad de aumentar el conocimiento sobre las diferencias de género en materia ambiental a que apunta el Fondo Presupuesto Verde es, según la OCDE, uno de los mayores retos a que se debe hacer frente al vincular género y medio ambiente. Comenzando por la recogida de datos básicos. En este sentido, se acaba de publicar el documento “Género y estadísticas ambientales. Estudio de los datos disponibles y elaboración de nuevas evidencias”, que pone de manifiesto que los datos específicos de género y medioambiente que se recogen en los sistemas nacionales de estadística son muy reducidos. Solo siete de los países de la OCDE cuentan con este tipo de datos desagregados por sexo, y solo trece tienen en cuenta el género en el diseño de sus políticas medioambientales. El documento recoge la información disponible en los Estados miembro sobre aspectos como la dimensión de género en la innovación en materia ambiental, las diferencias entre hombres y mujeres en actitudes y comportamientos relacionados con el medio ambiente, los hallazgos iniciales sobre las variaciones en la calidad del ambiente en que se desenvuelven diferentes grupos de población y los efectos en la salud de la exposición a riesgos relacionados con el medio ambiente en un conjunto de países.

viernes, 29 de mayo de 2020

Manual del EIGE para implementar la metodología PPG en los Fondos Europeos

El Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE) ha publicado en mayo de 2020 un manual denominado “Presupuestación de género: herramientas para su desarrollo paso a paso”, con el objeto de ayudar a las personas responsables de la gestión de la Unión Europea a aplicar la transversalidad de género mediante la presupuestación con enfoque de género (PPG) en los Fondos de la UE (FFEE) cuya gestión es compartida. Se parte para ello de la idea de que el presupuesto de género es una estrategia que comporta un proceso a largo plazo con distintas etapas y elementos a desarrollar. El manual presenta un conjunto de herramientas estructurado de tal manera que cada grupo objetivo pueda saber cuándo y dónde puede aplicarlas en el proceso de desarrollo de los Fondos Europeos.

La elección de los FFEE como instrumento se debe a que éstos constituyen una de las herramientas primarias de la UE para la reducción de las desigualdades de género, al incorporar el principio de igualdad entre hombres y mujeres de forma transversal tanto en su marco regulatorio como en sus objetivos generales. La aplicación de los PPG en los Fondos Europeos permitirá el cumplimiento de los requisitos legales de la UE en materia de igualdad de género, facilitará la rendición de cuentas y la orientación a resultados, incrementará la transparencia de los procesos presupuestarios al hacerlos accesibles a hombres y mujeres, y contribuirá a los objetivos de crecimiento sostenible, empleo y cohesión social de la UE.

El Manual presenta once herramientas que se corresponden con cada una de las etapas o elementos necesarios para llevar adelante una estrategia de presupuesto con perspectiva de género. La primera constituye un primer bloque relativo al marco regulatorio, y se refiere a cómo conectar de forma exhaustiva la normativa de igualdad de género de la UE y los Fondos Europeos. El siguiente bloque engloba las herramientas segunda a novena, y se refiere a distintos elementos de la presupuestación con enfoque de género en los niveles nacional y subnacional. Así, se ofrecen pautas en primer lugar para llevar a cabo diagnósticos de género, en el contexto de cada uno de los FFEE, y para su posterior traducción en objetivos de políticas y medidas específicas. A continuación, se guía sobre cómo explorar las posibilidades de coordinación entre los distintos fondos para avanzar en la conciliación y en la igualdad laboral, cómo asegurar la concurrencia de actores relevantes y personas expertas en género en los procesos de programación y monitoreo de los Fondos, asegurando la alineación de los objetivos nacionales y comunitarios, y por último, cómo elaborar indicadores cuantitativos y cualitativos para medir los avances en igualdad de género, esenciales para las evaluaciones anuales, intermedias y finales.

A continuación, se dan orientaciones sobre cómo definir los criterios para la selección de proyectos con enfoque de género, para asegurar que éste se integra como principio horizontal en todas las actividades asociadas a los Fondos. La siguiente herramienta tiene por fin establecer un sistema de seguimiento del gasto en objetivos de igualdad de género en los FFEE, que podrá ser utilizado en todas las etapas presupuestarias (planificación, ejecución y evaluación). Por último, en este segundo bloque se facilitan elementos para la incorporación de la igualdad de género de forma transversal en el diseño de los proyectos, para trasladar los objetivos e indicadores de género a los acuerdos de asociación (PAs) y programas operativos (OPs).

El tercer y último bloque, compuesto por dos herramientas, se refiere a los informes, evaluaciones y monitoreo en la gestión de los fondos, apuntando como enfoques más efectivos la realización de auditorías de género, al seguimiento de los gastos destinados a igualdad de género, y al análisis de la incidencia de estos últimos.

Fuente: https://eige.europa.eu/publications/gender-budgeting-step-step-toolkit

jueves, 30 de abril de 2020

Análisis de la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2020 desde la perspectiva de género

La EPA del primer trimestre de 2020 se ha visto afectada por la declaración del estado de alarma provocada por el COVID-19, a pesar de implicar solo a las semanas 11 a 13 del periodo de referencia, causando alteraciones en las series tanto de empleo como de paro.

En Andalucía sube anualmente el paro, solo entre los hombres
Sube el paro en Andalucía un 0,9%, llegando a un total de 836.700 personas; por sexo, se observa que sube solo para los hombres (12.200 más), mientras baja entre las mujeres (4.900 menos). La tasa de paro aumenta en 0,1 puntos porcentuales y se sitúa en el 21,2%. Por sexo sigue siendo más alta la tasa femenina (25,2%), que la masculina (17,9%). En España el desempleo disminuye anualmente un -1,2% (-2% entre las mujeres y -0,4% entre los hombres), y la tasa de desempleo baja -0,3 puntos, cifrándose en el 16,2% la femenina y 12,8% la masculina.

Sube también el empleo andaluz, pero solo el masculino
El empleo se sitúa en un total de 3.107.200, lo que significa que sube un 0,03% con respecto al mismo periodo de 2019, en 1.000 personas, compensando el descenso entre las mujeres (-0,3%) en -3.800 personas la subida entre los hombres en 4.800 (0,3%). La tasa de empleo andaluza baja anualmente -0,4 puntos situándose en el 44,4%, lo que por sexo se traduce en un 37,2% para las mujeres y un 51,8% para los hombres. Aumenta también anualmente la tasa de empleo en España (49,8%), lo que eleva la tasa de empleo femenina al 44,4% y al 55,5%, la masculina.

En Andalucía, las personas ocupadas que no han trabajado en la semana de referencia han aumentado en 62.100 personas más respecto al trimestre anterior. Esta subida se debe en gran medida a las 48.000 personas ocupadas más que no trabajaron la semana de referencia debido a paro parcial por razones técnicas o económicas y a las 25.700 más que se encuentran en expediente de regulación de empleo, entre otros motivos. No están disponibles los datos desagregados por sexo de ninguna de estas dos categorías en el momento de elaboración de esta nota.

El leve ascenso del empleo en Andalucía se debe a la subida en el sector industrial en 23.200 personas, de las que el 69,4% eran mujeres y el 30,6% hombres. En el resto de los sectores el empleo baja para el conjunto de la población, aunque por sexo se observa que aumenta anualmente el empleo masculino en el agro (2,7%) y en los servicios (0,5%).

Crece el autoempleo, más entre las mujeres que entre los hombres
Mientras sube anualmente el empleo por cuenta propia en un 4,7% (10% entre las mujeres y 1,9% entre los hombres), desciende el asalariado en un -0,9% (-1,9% el femenino y -0,2% el masculino). La tasa de temporalidad es del 33,8%, 34,7% para las mujeres, y 33,1% en el caso de los hombres.

Sube la inactividad por dedicación a tareas del hogar, sobre todo para los hombres
La población activa sube un 0,2% con respecto a 2019, hasta un total de 3.943.800 personas, situando la tasa de actividad en un 56,3% (49,8% en las mujeres y 63,1% en los hombres). Aumenta también anualmente la población inactiva, un 1,7%, lo que supone 49.900 personas más (40.000 mujeres y 9.900 hombres). Todas las nuevas personas inactivas lo son por dedicación a tareas del hogar (subida de un 6,5%): 35.200 mujeres más (incremento del 5,2%) y 12.700 hombres más (17,7% más).

lunes, 30 de marzo de 2020

Estrategia para la Igualdad de Género 2020-2025 de la Unión Europea

La Comisión Europea ha publicado en el mes de marzo el documento “Una Unión de la Igualdad: Estrategia para la Igualdad de Género 2020-2025”. La UE es una región líder mundial en igualdad de género, gracias a una sólida legislación, a los esfuerzos para integrar la igualdad en diferentes ámbitos, así como a la normativa para abordar las desigualdades específicas.

Sin embargo, aún persisten numerosas desigualdades de género, que es preciso afrontar. La Estrategia para la Igualdad de Género establece objetivos y acciones para corregir estas desigualdades, y alcanzar los ODS. Parte la Estrategia de un planteamiento dual, de medidas específicas para la igualdad, combinadas con la integración de género en todas las fases del diseño de políticas de la UE, y aplicando la interseccionalidad como principio transversal.

En cuanto a la igualdad de oportunidades para prosperar en la sociedad y la economía, se observa que las mujeres de la UE ganan, por término medio, un 16% menos por hora que los hombres y sus pensiones son un 30,1% más bajas. La Estrategia plantea como principales medidas, velar por el principio de igual salario por un mismo trabajo y por trabajo de igual valor, proponiendo disposiciones sobre transparencia salarial; hacer que las normas de la UE relativas a la conciliación de la vida familiar y profesional funcionen en la práctica, y fomentar un reparto equilibrado de los permisos por motivos familiares y las fórmulas de trabajo flexible; mejorar el acceso a servicios de guardería, y la adopción de una Garantía Infantil Europea.

En lo relativo a la participación en la sociedad y en el poder o toma de decisiones, solo el 7,5% de las presidencias de consejos de administración son mujeres, y estas ocupan solo el 39% de los escaños en el Parlamento Europeo. En este sentido, la Estrategia se propone mejorar el equilibrio entre hombres y mujeres en los puestos de decisión. Fomentará además una participación más equilibrada en todos los sectores laborales, promoviendo la Plataforma de la UE sobre las Cartas de la Diversidad, para lo que será necesario abordar la brecha digital de género en el Plan de Acción de Educación Digital.

En el ámbito de la violencia de género y la discriminación sexual, el 33% de las mujeres de la UE ha sufrido violencia física y/o sexual. La Estrategia prevé adoptar medidas como velar por que la UE se adhiera al Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, adoptándose medidas jurídicas alternativas; y poner en marcha una campaña de concienciación en el ámbito europeo, centrada en la juventud.

La Estrategia contempla igualmente medidas transversales para la integración de género en todos los niveles y fases de la formulación de políticas, abordándola en sus principales iniciativas para responder a retos europeos como el cambio climático y la digitalización. Finalmente, se procurará financiación específica para la igualdad de género en el próximo presupuesto de la UE (2021-2027) a través de una serie de programas comunitarios, y de los grandes fondos estructurales, sociales y de cohesión de la UE1.

1 Fuente: Communication from the commission to the European parliament, the Council, the European Economic and Social Committee and the Committee of the Regions. A Union of equality: Gender Equality Strategy 2020-2025. COM/2020/152 final.

jueves, 27 de febrero de 2020

Informe del Fondo Monetario Internacional sobre participación femenina en el mercado laboral

Recientemente el Fondo Monetario Internacional ha publicado el informe “Mujeres en el mercado de trabajo. El papel de la política fiscal”, que forma parte de la serie “IFM Staff Discussions Notes”.

Este estudio parte de la evidencia de que, a pesar del incremento del participación de las mujeres en el mercado de trabajo en las últimas tres décadas, estas todavía no cuentan con las mismas oportunidades que los hombres en el ámbito económico en la mayoría de los países. La tasa media de participación femenina sigue siendo veinte puntos porcentuales menor a la masculina, y las brechas salariales y de acceso a la educación persisten. Como muestran trabajos recientes, incluyendo algunos realizados por el Fondo Monetario Internacional, una mayor igualdad de género impulsa el crecimiento económico y conduce a mayores rendimientos sociales y económicos. La igualdad de género es, por otra parte, uno de los 17 objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas, suscritos por 193 países como meta para 2030.

Desde mediados de los ochenta, muchos países han adoptado el presupuesto con enfoque de género para el diseño e implementación de políticas de impuestos y gastos, y/o instrumentos de gestión financiera destinados a combatir las desigualdades de género en áreas como educación, salud y empoderamiento económico. En 2018, al menos 80 países habían llevado a cabo intervenciones de política presupuestaria y fiscal con enfoque de género. Este informe analiza cómo las políticas fiscales responsables al género afectan a la participación de las mujeres en el trabajo remunerado, a las brechas salariales de género, al crecimiento económico, a la desigualdad en los ingresos y a la pobreza, tanto en las economías avanzadas como en países de bajos ingresos.

Entender los efectos de las políticas fiscales con enfoque de género no solo sobre la desigualdad entre hombres y mujeres sino sobre otras variables macroeconómicas y sociales, es esencial para quienes planifican las políticas a la hora de diseñar medidas de género efectivas y sostenibles, particularmente en un contexto de restricción fiscal. Gran parte de la literatura se ha centrado en procesos y estudio de casos, y es aún escasa la comprensión de los vínculos causales entre las políticas fiscales y sus resultados sobre la igualdad de género, así como de las interacciones con otras variables macroeconómicas en el corto y largo plazo.

Entre las principales conclusiones de este informe, se destacan las siguientes. En economías avanzadas, se ha estudiado la reducción de los costes en el cuidado de los hijos, mediante la provisión de permisos maternales con financiación pública. Subsidiar el cuidado de los descendientes y proporcionar permisos maternales remunerados impulsaría la actividad económica, debido a la expansión de la participación femenina en la fuerza laboral, principalmente entre las mujeres de recursos bajos y moderados.

Igualmente, la eliminación de cargas fiscales que discriminan a los perceptores secundarios de renta generalmente mujeres, tendría un efecto positivo sobre su participación en la fuerza laboral. El diseño del sistema impositivo de un país tiene efectos redistributivos, lo que afecta a la asignación del ingreso entre la población, incluyendo entre mujeres y hombres, así como a las decisiones individuales sobre el trabajo en el sector informal o formal. En un sistema de tributación conjunta, los ingresos del esposo y la esposa se agrupan y luego se gravan utilizando un conjunto de tramos impositivos que generalmente son más amplios que los de las personas solteras. Las correlaciones en economías avanzadas muestran una relación negativa entre la participación femenina en la fuerza laboral y la imposición a las rentas secundarias en las parejas casadas. Por tanto, la reconversión a un modelo de tributación individual por contraposición al conjunto o familiar, tendría un impacto significativo en la participación femenina en el mercado de trabajo y en consecuencia para el crecimiento económico, sin costo fiscal a largo plazo. La medida también aumentaría la progresividad del sistema tributario, con consecuencias positivas en la desigualdad y en la pobreza. Es necesario analizar no obstante posibles efectos negativos en algunos hogares en núcleo o con un solo perceptor de renta.

Por otra parte, en países de rentas bajas, se analiza el impacto de la inversión en educación, proporcionando prestaciones económicas trabajadoras, y también las inversiones en infraestructuras, que pueden igualar las condiciones de partida de hombres y mujeres. Invertir en educación y en infraestructuras con elevados retornos para las mujeres, proporcionan los mayores beneficios económicos y sociales, al tiempo que aumentan su productividad. Mientras que la inversión en educación determina la productividad futura de la fuerza de trabajo, las prestaciones económicas directas a las mujeres de bajos ingresos ayudan a reducir la pobreza.

Fuente: Fabrizio, S., Fruttero, A., Kolovich, L. L., Malta, V., Mendes Tavares, M., Gurara, D., & Tchelishvili, N. Women in the Labor Force; The Role of Fiscal Policies (No. 20/03). International Monetary Fund.

viernes, 31 de enero de 2020

Análisis de la Encuesta de población activa del cuarto trimestre de 2019 desde la perspectiva de género

Se registra una bajada del paro en Andalucía en el último año, con mayor incidencia para las mujeres

Según la Encuesta de Población Activa, en Andalucía había en el cuarto trimestre de 2019, 823.900 personas paradas, de las que 437.900 eran mujeres y 385.900 hombres. Esto supone un descenso de 10.500 personas menos que en el mismo trimestre de 2018 (-1,3% anual).

Por sexo, la bajada fue de un -1,7% entre las mujeres (7.500 menos) y un -0,8% entre los hombres (3.100 menos). La tasa de paro se sitúa en Andalucía en el 20,8%, y es mayor entre las mujeres (24,4%) que entre los hombres (17,8%). Supera en 7 puntos porcentuales a la tasa nacional, que se cifra en el 13,8%, y que registra también menor diferencia entre la tasa de paro femenina (15,6%) y masculina (12,2%).

Aumenta la ocupación femenina en Andalucía, aunque la tasa de empleo masculino sigue siendo más elevada

El número de personas ocupadas aumenta con respecto al mismo periodo de 2018 en un 1,5%, que en términos absolutos supone una subida de 45.800 personas ocupadas más, hasta un total de 3.136.000. Por sexo, la evolución difiere entre mujeres, cuya ocupación sube en un 3,7% anual, y hombres, que registran un descenso de la ocupación de un -0,1%.

La tasa de empleo es del 44,9% en Andalucía, y es sensiblemente más alta para los hombres, 52%, que para las mujeres, 38%. Estas cifras son menores a las del total de España, donde la tasa conjunta es del 50,6%, y por sexo del 56,4% para los hombres y del 45,2% para las mujeres.

Por sectores, en Andalucía aumenta interanualmente el empleo en los servicios, con 39.000 empleos más (30.200 de mujeres y 8.800 de hombres), la industria (4.700 empleos más, debido a la subida del número de mujeres empleadas en 15.900, ya que baja el de hombres en 11.200) y en el sector agrario (7.900 empleos más, de los cuales 1.000 correspondieron a mujeres y 6.900 a hombres). Se destruye empleo en la construcción, con 5.900 empleos menos, pues aunque sube el número de mujeres empleadas en 700, baja el de hombres en 6.500.

Se incrementan anualmente el autoempleo y el empleo asalariado, en ambos casos más entre las mujeres

Aumenta el número de personas autoempleadas en Andalucía un 2,1%, llegando a 548.900 (66,5% hombres y 33,5% mujeres). Este incremento es más elevado para las mujeres (5,2%) que para los hombres (0,6%). No obstante, la tasa de autoempleo femenina sigue siendo inferior (13,6%) a la de los hombres (20,5%).

Crece también en Andalucía el número de personas asalariadas, en un 1,4%, 35.200 personas más. Se observa que este crecimiento se da solo entre las mujeres (incremento del 3,5% anual, 40.000 asalariadas más), bajando el número de asalariados un -0,3% (4.700 menos).

Las personas contratadas indefinidamente suben un 1,5%; de ese incremento, el 69% son mujeres y el 31%, hombres. La cifra de las que cuentan con contrato temporal también sube (1,2%), aunque por sexo, solo crece el número de mujeres en esta situación (5,7%), bajando el de hombres en un -2,5%. Por su parte, la tasa de temporalidad andaluza se cifra en un 35,4% (36,5% la femenina y 34,4% la masculina), 9,3 puntos por encima de la tasa nacional del 26,1%.

Por tipo de jornada, aumenta el empleo a tiempo completo en un 2,3% interanual. La subida se da sobre todo entre las mujeres (4,7%), y es más ligera entre los hombres (0,9%). Por su parte, baja el empleo a tiempo parcial (-2,7%), pero solo baja entre los hombres (un -12,5%), subiendo para las mujeres un 0,9%. Esta evolución sitúa la tasa de empleo a tiempo parcial en un 27% para las mujeres y un 6,4% para los hombres (15,3% para el conjunto de la población).

Aumenta la actividad femenina y desciende la masculina

El número de personas activas en Andalucía aumenta un 0,9% (35.300 personas), llegando a un total de 3.959.900. Este aumento afecta solo a las mujeres (2,3%), mientras que desciende la actividad masculina (-0,2%).

La inactividad también aumenta, un 0,8%, llegando a 3.032.400 personas. Baja entre las mujeres un -0,5% (9.400 mujeres menos) y se incrementa entre los hombres un 2,6% (32.300 más). Este aumento se debe a la subida del número de personas inactivas por dedicarse a los estudios y por jubilación, mientras que baja la inactividad por dedicación al hogar (-1,3%) aunque incrementándose en un 8,8% en el caso masculino.