jueves, 30 de noviembre de 2017

Análisis de la situación de las mujeres emprendedoras en el medio rural

Recientemente, Andalucía Emprende, Fundación Pública Andaluza, ha publicado un informe sobre la situación del emprendimiento femenino en el medio rural andaluz. El estudio presenta el perfil y características básicas de las empresas creadas por las mujeres en el ámbito rural, así como su probabilidad de supervivencia, definiendo el medio rural, el emprendimiento rural femenino y el marco normativo comunitario, nacional y andaluz aplicable.

Andalucía tiene una superficie total de 87.590,68 km2, de los que el 79,6% son zonas rurales, desagregadas en 306 municipios, donde reside y vive el 8,11% del total de la población andaluza(1), es decir 681.115 personas, de las cuales el 49,7%, es decir 338.244, son mujeres. Según este estudio, y en base a la definición de la persona emprendedora establecida en la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a emprendedores y su internacionalización, es una mujer emprendedora rural aquella que, independientemente de su condición de persona física o jurídica, desarrolle una actividad económica empresarial o profesional en las zonas rurales de Andalucía definidas por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía.

Como resultado de los datos del periodo 2011-2015, el perfil genérico de las empresas de mujeres en el ámbito rural de Andalucía es el de una empresaria individual del sector servicios que tiene entre 25 y 40 años y formación de Grado escolar/ ESO, que realiza una inversión inicial de 11.118 euros, generando 1,12 empleos.

Analizando más al detalle este perfil se advierte que durante dicho periodo, se sitúan en el ámbito rural el 14,2% (10.092) de las empresas creadas y tutorizadas con el apoyo de Andalucía Emprende, de las cuales el 42,76% (4.315) fueron empresas con titularidad 100% femenina. La mayor parte en estas empresas tiene al frente una mujer autónoma (96,7% de los casos) y el 91,1% de las empresas (3.930) desarrollan una actividad de servicios, siendo el sector menos representado el de Nuevas tecnologías y Comunicaciones, con un 0,63% empresas (27 de 4.315).

El 58,8% de las emprendedoras se encuentra entre los 25 y 40 años de edad y el 8,3% tiene menos de 25 años. En cuanto al nivel educativo alcanzado por las emprendedoras rurales, el 45,4% cuenta con el graduado escolar/ESO; el 20,6% tiene estudios universitarios, el 18,2%, formación profesional, y el 6,4% de las emprendedoras no tienen estudios. La inversión inicial requerida para la creación de las 4.315 empresas de titularidad 100% femenina, ente 2011 y 2015, fue de 48.276.616,99 €, y se crearon 4.846 empleos directos, el 92,1% por cuenta propia. Finalmente, el informe revela que la probabilidad de supervivencia media de las empresas constituidas por mujeres rurales analizadas, en un rango de entre 1 y 5 años de vida, se sitúa por debajo de la del total de empresas creadas en Andalucía, concretamente en un 4,1% menos.

El estudio también señala que las zonas rurales suelen albergar empresas de pequeño tamaño y con menor capacidad inversora que las establecidas en otros contextos. Estas empresas, principalmente familiares, operan en la mayoría de los casos de forma individual y rara vez vertebran estrategias colectivas. La financiación, problema generalizado en todo el sistema empresarial, afecta particularmente a aquellas iniciativas que emergen en zonas rurales; por ello, es necesario mejorar los canales y mecanismos de información sobre oferta de financiación, tanto pública como privada, en especial para aquellos grupos con dificultades adicionales para acceder a la información y/o al crédito.

Por otro lado, la ruralidad en Andalucía se caracteriza por una prevalencia de la visión del aprovechamiento agrario, que remite a un conjunto diverso de actividades: agricultura, ganadería, turismo, artesanía, pequeñas y medianas industrias, comercio y servicios. Todas ellas son fundamentales para el crecimiento económico, la sostenibilidad ambiental, y la propia habitabilidad del mundo rural, lo que supone importantes oportunidades y fortalezas en sectores emergentes considerados como nuevas fuentes de empleo.

(1) La ley 45/2007, de 13 de diciembre, para el desarrollo sostenible del medio rural, define este último como “el espacio geográfico formado por la agregación de municipios o entidades locales que posean una población inferior a 30.000 habitantes y una densidad inferior a los 100 habitantes por km2".