viernes, 29 de diciembre de 2023

Índice de igualdad de género 2023. Hacia una transición verde en transportes y energía

El Índice de igualdad de género, que elabora y publica el Instituto Europeo para la igualdad de género (EIGE) desde hace diez años, y que mide la situación de la igualdad entre mujeres y hombres en los países de la UE, muestra en su última edición el mayor avance de la década, alcanzando un valor de 70,2 puntos sobre 100. Sin embargo, no hay margen para la complacencia. Los logros siguen siendo demasiado lentos, y en buena parte, poco consolidados, ya que la experiencia muestra que cualquier coyuntura adversa justifica el retroceso cuando de igualdad de género se trata. Por ejemplo, según este Informe sobre el índice para 2023, incluso los países más avanzados pueden estancarse o experimentar retrocesos, como en el caso de Finlandia y Francia, o por el contrario, avanzar a mayor ritmo que la media, pese a tener valores más bajos del índice, como ha ocurrido en Portugal, Malta e Italia, gracias a las medidas implementadas.

Si se analizan los principales matices de esta última edición del Índice, se observa en primer lugar que el uso del tiempo sigue siendo desfavorable a las mujeres, en cuanto a la dedicación a trabajos no remunerados, ya que aunque la brecha de género en este indicador está disminuyendo, lo hace no por un reparto más equitativo de estas tareas entre mujeres y hombres, sino porque las nuevas tecnologías asistenciales y del empleo en el sector, hacen que descienda el número de mujeres al frente de estos cuidados. Es decir, la desigualdad estructural de género en la asignación de roles de cuidado se mantiene. Se ha avanzado igualmente en otra de las principales áreas de desigualdad de género: la de los puestos de poder. Por primera vez en diez años, el número de mujeres en los parlamentos y en los consejos de administración converge en un 33%, gracias a los cambios legislativos emprendidos en varios países, que han establecido cuotas de presencia femenina en los consejos de administración.

Por último, aunque ha habido importantes avances en cuanto a la flexibilidad en el trabajo, la segregación laboral no ha cambiado en los diez años registrados. Las mujeres no están tan involucradas como podrían en profesiones de demanda creciente por la transición digital y ecológica, en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM), y aunque su participación aumenta, no se está produciendo un movimiento de hombres hacia las profesiones feminizadas, relacionadas con educación, salud y bienestar (ESB).

Por tanto, la mejora global del Índice de Igualdad de Género de este año muestra que el progreso es posible, pero los matices indican que sigue siendo frágil cuando no está respaldado por acciones integrales en todos los ámbitos y en todos los Estados miembros de la UE. El trabajo aún no está terminado. Se debe continuar avanzando, con una perspectiva interseccional, especialmente en relación con el cambio climático. El Informe de 2023 se centra especialmente en la transición justa desde el punto de vista de género, hacia la energía y los transportes verdes, señalando en todo caso la mayor vulnerabilidad de las mujeres asociada a su peor situación económica y laboral.

En cuanto a España, su valor del Índice la sitúa en la cuarta posición en cuanto a igualdad de género en la UE, con un puntaje de 76,4 sobre 100, por encima del conjunto de la Unión Europea en 6,2 puntos. Si se analiza la evolución desde 2020, la puntuación de España ha subido 1,8 puntos, y ganado dos posiciones en el ranking, debido a las mejoras en el uso del tiempo (+6,4 puntos) y en el área de conocimiento (+1,7 puntos). Sin embargo, en el área de empleo, la posición de España ha caído 5 puestos, hasta el puesto 17, y en la de salud, un puesto, hasta la posición 6.

Fuente: EIGE (2023). Gender Equality Index 2023. Towards a green transition in transport and energy, Publications Office of the European Union.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Género y políticas verdes: finanzas e inversión en infraestructuras

Es un hecho cada vez más reconocido que las mujeres por lo general han de afrontar mayores riesgos a causa del cambio climático y otros fenómenos medioambientales que los hombres. Esto se debe a las diferencias en cuanto a su vulnerabilidad y exposición a peligros ambientales y ocupacionales, a las desigualdades estructurales de género y a factores socioeconómicos y culturales. Así, las mujeres tienden a verse más afectadas por el cambio climático, la deforestación, la degradación del suelo, la desertificación y la escasez de agua, especialmente en países en desarrollo. En economías desarrolladas, se enfrentan a otros riesgos, como la exposición a químicos. Aunque la igualdad de género y los objetivos medioambientales pueden reforzarse mutuamente, las conexiones entre ambiente y género no siempre han sido objeto de investigaciones adecuadas o foco de la política pública.

El informe “Apoyando el empoderamiento de las mujeres mediante las políticas y finanzas verdes” recientemente publicado por la OCDE, se centra precisamente en las sinergias entre género y políticas verdes, particularmente las financieras y de infraestructuras. Comienza el estudio dando un marco para la transversalización de género en la política medioambiental, señalando el rol clave de quienes planifican y deciden, y la necesidad de un enfoque integral para transversalizar el género en todas las áreas de acción política, incluyendo el presupuesto, la contratación y las iniciativas regulatorias. Se subraya que para una mejor definición de políticas verdes con enfoque de género es necesaria la obtención sistemática e interseccional de indicadores desagregados por sexo. Por otra parte, la integración de las agendas de justicia medioambiental e igualdad de género requiere que las voces de las mujeres, las personas jóvenes y los grupos vulnerables y en desventaja, estén representadas en los órganos de decisión.

En cuanto al área de finanzas, existen evidencias de que la inclusión de la lente de género en las finanzas sostenibles, invirtiendo en compañías diversas desde el punto de vista de género, puede proporcionar múltiples beneficios desde el punto de vista financiero, ambiental social y de igualdad entre mujeres y hombres. En el mercado de finanzas sostenibles, en rápida expansión, la llamada “Inversión ambiental, social y para la gobernanza” (ESG) es un ámbito idóneo para atender a la relación entre género y medio ambiente. Sin embargo, se observa que los ratings de ESG siguen considerando los factores que relacionan género y medio ambiente como áreas separadas, por lo que sería necesario mejorar su integración horizontal y conjunta en los tres pilares de la ESG citados, y hacerlas más explícitas, permitiendo su seguimiento y etiquetado. Actualmente, solo algunos países están desarrollando o han desarrollado taxonomías y definiciones financieras verdes y/o sostenibles, y es necesario reforzar en ellas el nexo entre objetivos sociales y ambientales.

Por último, en relación con la vinculación entre género e infraestructuras verdes, se constata que mujeres y los hombres no se benefician en igual medida de las inversiones en infraestructuras, especialmente en los países en desarrollo. Mediante la transversalización de género en la planificación, financiamiento, contratación y ejecución de las infraestructuras verdes, los gobiernos pueden asegurar que las infraestructuras sostenibles beneficien a todas las personas, a la vez que se reducen las externalidades ambientales. Una estrategia a largo plazo basada en diagnósticos de las diferentes necesidades de mujeres y hombres en el uso de infraestructuras verdes es el primer paso hacia la definición de prioridades que aúnen objetivos ambientales y de género a lo largo de todo el ciclo de vida de los proyectos.

Fuente: OECD (2022), "Supporting women’s empowerment through green policies and finance", OECD Environment Policy Papers, No. 33, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/16771957-en

martes, 31 de octubre de 2023

Encuesta de población activa (EPA). Tercer trimestre de 2023 desde la perspectiva de género

Sube la ocupación, especialmente la femenina
La variación interanual del número de personas ocupadas fue del 2,9%, 95.700 más. El porcentaje de subida es más favorable para las mujeres, del 5,9% (84.400 ocupadas más), ya que entre los hombres el crecimiento es menor, del 0,6% (11.300 más). Esta evolución anual ofrece una estructura por sexo de la población empleada en Andalucía de un 44,9% de mujeres y un 55,1% de hombres, sobre un total de 3.376.300 personas. La tasa de empleo se cifra en un 46,9% (41,1% la femenina y 53% la masculina). En el ámbito nacional, las tasas son del 52,4%, y por sexo del 47,3% en mujeres y 57,8% en hombres.

Con respecto al año anterior, se creó empleo solo en el sector servicios, que sube un 5%, y sobre todo entre las mujeres (89.100 mujeres y 38.100 y hombres más). Disminuye la ocupación en agricultura en un -6,6%, con diferencias por sexo (sube para las mujeres en 3.200 y baja para los hombres en 16.500), la construcción (un -2,6%, 700 mujeres y 5.300 hombres menos), y la industria (-4%, 7.300 mujeres y 5.000 hombres menos).

Mejora la calidad del empleo femenino con respecto al tercer trimestre de 2022
Respecto a 2022, aumentó el empleo por cuenta propia un 3% (3,4% en mujeres y 2,8% en hombres). Las tasas de autoempleo fueron del 12,5% para las mujeres y del 19,2% para los hombres. También sube el empleo asalariado, un 2,9%, 79.000 personas más, de las que el 98,1% eran mujeres. Por tipo de contrato, suben los indefinidos un 10,6%, esto es, 212.300 más (54,5% de mujeres y 45,5% de hombres), y bajan los temporales, un -17,7%, 133.200 personas menos (el 28,7% del descenso corresponde a mujeres y el 71,3% a hombres). Pese a los datos positivos para las mujeres, la tasa de temporalidad femenina se mantiene más alta, en un 23,3%, frente al 20,7% de los hombres. En cuanto al tipo de jornada, sube la tasa de empleo a tiempo completo femenina, 0,8 puntos, hasta el 77,6%, y baja la masculina -0,4 puntos, hasta el 93,4%; en contrapartida, la tasa de empleo a tiempo parcial baja para las mujeres -0,8 puntos, hasta el 22,4% y sube para los hombres 0,4 puntos, hasta el 6,6%.

Sube el paro respecto al mismo trimestre de 2022, pero solo entre los hombres
El paro crece en Andalucía con respecto al año anterior, un 0,9%, debido al aumento del paro masculino (6,8%, 23.000 parados más), mientras baja el femenino (-3,7%, 16.100 paradas menos). El número de personas paradas se sitúa así en 775.200, de las cuales el 53,3% son mujeres y el 46,7% hombres. Estos datos sitúan la tasa de paro en el 18,7%. Por sexo, baja la tasa femenina -1,7 puntos, situándose en el 21,4% y sube la masculina 0,8 puntos, hasta el 16,3%. En España baja el paro en un -4,2%, y la tasa de paro alcanza el 11,8%, situándose la tasa femenina en el 13,6% y la masculina en el 10,3%.

Sube la actividad, más para las mujeres, y baja la inactividad, pero solo la femenina
Tercer trimestre consecutivo de subida anual de la actividad, de un 2,5%, hasta un total de 4.151.600 personas activas. Por sexo sube un 3,7% para las mujeres y un 1,6% para los hombres, y las tasas de actividad se sitúan en el 52,3% para las primeras y el 63,3% para los segundos. En cuanto a la inactividad, baja en comparación con el mismo trimestre de 2023, en un -0,5%, y se cifra en 3.047.900 personas. Hay diferencias por sexo, ya que baja la inactividad femenina un -1,1%, y sube para los hombres un 0,3%. Por motivos, bajan la inactividad por estudios (-1,8% en mujeres y -11,3% en hombres) y jubilación (-1,7% para las mujeres y -1,1% para los hombres), y sube la dedicación a tareas del hogar, sobre todo para los hombres (19,6% de subida frente al 0,8% en mujeres).

viernes, 29 de septiembre de 2023

Seguimiento de Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia de género

A pesar de los esfuerzos, los avances globales en cuanto a igualdad de género son insuficientes. La edición anual del informe Progreso en los objetivos de desarrollo sostenible en materia de género que publica ONU mujeres, refleja un panorama preocupante, cuando ya se ha cruzado el punto medio del periodo previsto para la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.

Este informe advierte que, si las tendencias actuales se mantienen, más de 340 millones de mujeres y niñas –aproximadamente el 8% de la población femenina- vivirán en extrema pobreza en 2030, y casi una de cada cuatro experimentará inseguridad alimentaria severa o moderada. La brecha de género en puestos de poder y liderazgo se mantiene, y, con las actuales tasas de variación, la próxima generación de mujeres empleará de media 2,3 horas diarias más en trabajos domésticos y de cuidados, no remunerados.

El informe de este año incluye por primera vez datos desagregados por sexo que cruzan género y cambio climático, y prevé que hacia la mitad del siglo, bajo un escenario climático pesimista, más de 158,3 millones adicionales de mujeres serán empujadas a la pobreza a causa de la crisis climática (16 millones más que el número total de hombres y niños).

El informe subraya la necesidad urgente de esfuerzos concretos para acelerar los avances en igualdad de género, señalando que se requieren 360 mil millones de dólares adicionales por año para lograr el empoderamiento de las mujeres en los objetivos clave. El informe también apela a la utilización de un enfoque holístico e integral, a una mayor colaboración entre todos los sectores y agentes, financiación sostenida, y políticas dirigidas a la igualdad de las mujeres y niñas, concluyendo que el fracaso en priorizar la igualdad de género en este momento puede dar al traste con toda la Agenda de desarrollo sostenible. El informe, en este punto crítico en el camino hacia los ODS, es por tanto una rotunda llamada a la acción.

Se pone el foco, especialmente, en las mujeres mayores, que afrontan tasas de violencia y pobreza más altas que los hombres de edad similar. En 28 de los países con datos, menos de la mitad de las mujeres mayores tienen una pensión, y en 12, menos del diez por ciento. A medio camino hacia 2030, los progresos en el ODS 5 son claramente inadecuados. Solo dos de los indicadores del Objetivo 5 se encuentran próximos al cumplimiento, y ninguno se ha cumplido o está próximo a ello.

La igualdad de género no es solo un objetivo de la Agenda 2030, sino uno de los fundamentos bases de una sociedad justa, y un objetivo que debe estar por encima de los demás. La eliminación de las barreras que limitan a las mujeres y las niñas, supone la liberación de un potencial de progreso y prosperidad común hasta ahora no desarrollado.

Fuente: Progress on the Sustainable Development Goals. Snapshot of gender equality. (2023). UN Women https://bit.ly/gender-snapshot-2023

jueves, 31 de agosto de 2023

Prácticas destacadas en Presupuestación con perspectiva de género (PPG) en la OCDE

El presupuesto público trasciende la mera asignación y establecimiento de recursos económicos. Es una declaración de las prioridades nacionales, que en materia de género puede contribuir a los esfuerzos gubernamentales por reducir desigualdades como la brecha salarial o las relacionadas con el empleo. Cerrar las brechas de género requiere una acción de gobierno coordinada, que acompase decisiones legales, regulatorias, políticas y presupuestarias. La manera en que el gobierno ingresa y gasta, tiene poderosas implicaciones de orden social, medioambiental y económico, modelando las elecciones de la ciudadanía en cuanto a su participación social y económica.

Actualmente, más del 60% de los países de la OCDE han implementado los PPG, frente al 44% que lo hacían en 2015. Existe entre ellos una enorme variedad de enfoques de PPG, todos ellos relevantes. Paralelamente, muchos países se encuentran en fases tempranas de desarrollo de esta herramienta, por lo que es importante identificar y mostrar buenas prácticas que proporcionen orientaciones para asegurar, sea cual sea el enfoque que se esté poniendo en juego, su impacto y sostenibilidad.

En el informe Prácticas destacadas de PPG en la OCDE, publicado recientemente, se identifican 7 prácticas o hitos destacados en cuanto a la aplicación de los PPG, ejemplarizados con casos país. Se han obtenido tanto de la experiencia de la Red para la presupuestación con enfoque de género de la OCDE, como de la información procedente del apoyo directo que esta institución presta a los diferentes países.

La primera práctica identificada, aplicada en Suecia, es el fortalecimiento de la relación entre el presupuesto y los objetivos estratégicos de género, posibilitando que el gobierno establezca prioridades claras en relación con la igualdad entre mujeres y hombres. El segundo elemento citado es que los PPG tengan un respaldo legal, lo que asegura su sostenibilidad y el seguimiento de su impacto, más allá de los ciclos políticos, como ocurre en la experiencia española, destacada por el informe.

En tercer lugar, se recoge el hecho de que los PPG se hayan incorporado al marco presupuestario general, de manera que son regulados por la autoridad presupuestaria central, y son incluidos en cualquier proceso de reforma presupuestaria, como se puede observar en Islandia. Un cuarto hito a tener en cuenta según la OCDE, es que los PPG estén presentes en todas las fases del ciclo presupuestario, como el caso de Austria, que además ha incluido los PPG en su Constitución nacional. La quinta buena práctica descrita es que los PPG se encuentren respaldados por datos y diagnósticos de género sólidos, siendo Canadá un buen ejemplo en este sentido.

La capacitación continua del personal en materia de PPG, como se lleva a cabo por ejemplo en México, es el sexto elemento a tener en cuenta según el informe. Por último, se cita la mejora de la transparencia y la rendición de cuentas del gobierno, como consecuencia de la aplicación de los PPG, como ocurre en Irlanda.

Fuente: Nicol, Scherie. (2023). OECD Best Practices for Gender Budgeting. OECD Journal on Budgeting. 
https://read.oecd-ilibrary.org/governance/oecd-best-practices-for-gender-budgeting_9574ed6f-en#page4

lunes, 31 de julio de 2023

Encuesta de población activa (EPA). Segundo trimestre de 2023 desde la perspectiva de género

El número de personas paradas siguió bajando anualmente, sin diferencias apreciables por sexo
El segundo trimestre de 2023 registró una bajada del paro en Andalucía del -1,1% con respecto a 2022, y se situó en un total de 744.600 personas paradas, el 55% mujeres y el 45% hombres, sin haber diferencias significativas por sexo en el descenso. La tasa de paro se situó en el 18,1%, y por sexo, el 21,3% la femenina y el 15,2% la masculina. En el conjunto nacional, el paro bajó un -5,4%, cifrándose la tasa femenina en el 13,2% y la masculina en el 10,2%.

Aumentó anualmente la población empleada, visiblemente más entre las mujeres
Continuó aumentando anualmente el empleo en Andalucía (un 3,1%), especialmente para las mujeres, para las que subió un 5,1% frente al 1,5% masculino. El número total de personas empleadas ascendió a 3.380.100 (44,9% mujeres y 55,1% hombres). Estos datos se tradujeron en una tasa de empleo del 47,1% (41,4% para las mujeres y el 53,2% para los hombres).

La tasa nacional se cifró en el 52,1% (47,2% para mujeres y 57,4% para hombres). Se creó empleo respecto al año anterior en el sector servicios (4,5% más), con 75.100 mujeres y 37.700 hombres más empleados, y en la construcción (0,4% más), con 5.100 empleos masculinos más. Por el contrario, bajó la ocupación en la agricultura un -0,7% (11.200 mujeres más y -12.700 hombres menos) y la industria, un -3,5% (-7.900 mujeres y -2.600 hombres menos).

Subió el autoempleo en Andalucía, aunque descendió en el caso de las mujeres. Siguió disminuyendo la temporalidad
El autoempleo aumentó anualmente un 2,4%, aunque la subida fue masculina (un 5,6%) puesto que descendió en el caso de las mujeres (-3,2%). La tasa de autoempleo se situó en el 12,2% para las mujeres y en el 19,5% para los hombres. Por su parte, la contratación indefinida subió de nuevo, un 14,6%, es decir 280.400 empleos indefinidos más (58,1% femeninos y 41,9% masculinos). Los contratos temporales bajaron por quinto trimestre consecutivo, (-190.400 personas menos, de las que el 42,5% fueron mujeres y el 57,5% hombres). La tasa de temporalidad femenina se situó en el 23,6%, y la masculina, en el 20,9%. Por último, bajó anualmente la tasa de empleo a tiempo completo entre los hombres (-0,3 puntos porcentuales), hasta el 92,8%, manteniéndose la de las mujeres en el 76,4%. La tasa de ocupación a tiempo parcial se mantuvo en el 23,6% para las mujeres, y para los hombres ascendió ligeramente al 7,2% (sube 0,3 puntos).

Evolución positiva de la actividad para ambos sexos, y bajada de la inactividad solo entre las mujeres
Se incrementó la población activa andaluza en un 2,3%, hasta 4.124.700 personas, con un aumento mayor para mujeres (3,8%) que para hombres (1,1%). Esta evolución lleva las tasas de actividad por sexo al 52,5% entre las mujeres, y al 62,7% entre los hombres.

En cuanto a la inactividad, bajó en Andalucía un -0,6%, debido al descenso para las mujeres, registrándose 28.400 mujeres inactivas menos, y 9.500 hombres inactivos más. Por tipo de inactividad, el descenso se relacionó sobre todo con la dedicación a las tareas del hogar (-23.600 mujeres y -2.800 hombres menos) y al estudio (4.700 mujeres más y -14.700 hombres menos). Aumentó la inactividad por jubilación para ambos sexos (5.600 mujeres y 16.600 hombres más).

viernes, 30 de junio de 2023

Seguimiento del gasto social en el Presupuesto de la Unión Europea

El Parlamento Europeo ha llevado a cabo un estudio sobre cómo mejorar el seguimiento del gasto social en el presupuesto de la UE, concluyendo que, aunque hay abundancia de datos e información, éstos no responden a la pregunta de fondo: "¿las políticas financiadas por la UE contribuyen a lograr las transformaciones sociales deseadas?". Ello lleva a enfrentar una serie de problemas desde el punto de vista de la evaluación, incluyendo: a) el impacto de las políticas sociales rara vez será inmediato, y además, es probable que las distintas partes interesadas tengan diferentes expectativas; b) las políticas de la UE son solo una parte, a menudo pequeña, del esfuerzo colectivo del sector público para lograr el cambio social, e identificar su contribución específica puede ser poco realista. A veces, también, el cambio ocurre por razones relacionadas tangencialmente con las intervenciones públicas: "la correlación no es causalidad"; y c) la necesidad de compensar las demandas de un control más intensivo con las sobrecarga de obligaciones de los órganos administrativos pertinentes. La recopilación de datos tiene un coste en recursos y este estudio sugiere que este coste fue excesivo durante el período de programación 2014-2020. También es necesario analizar si indicadores adicionales aportan valor agregado y si por el contrario la dependencia de un pequeño número de indicadores fácilmente recopilables revela muy poco sobre la eficacia de las políticas.

Por todo ello, cualquier evaluación del gasto de la UE debe partir de una previa definición clara de la lógica de intervención, es decir, de los distintos elementos y fases concatenados que han de guiar la intervención pública, y los actores, con sus roles, que han de intervenir en cada una de esas fases.

Como elemento complementario al seguimiento del gasto social, el mainstreaming presupuestario estudia la formulación, diseño, implementación y monitoreo de políticas, programas y acciones, teniendo en cuenta las metas y prioridades generales de la sociedad. La reciente integración transversal de objetivos comunes en el presupuesto de la UE, concretamente, la igualdad de género y la política medioambiental, lleva, según el estudio, a considerar si es posible y políticamente deseable una herramienta adicional de mainstreaming social, que se base en la experiencia de las dos anteriores.

Concretamente, los aprendizajes de la transversalización de género en el presupuesto de la UE apuntan a llevar a cabo una planificación detallada y completa de objetivos, actuaciones e indicadores. Estos últimos son fundamentales para el seguimiento de los objetivos. Otro aspecto importante es la inclusión de requisitos en los criterios de evaluación de propuestas y licitaciones; que también deben comprobarse durante la fase de ejecución del proyecto. Por otro lado, en la etapa de implementación, es importante asegurar que todas las personas participantes involucradas conozcan los objetivos y planes relevantes o, al menos, que exista la obligación de organizar sesiones informativas, reuniones de formación y capacitación adecuadas. Además, las medidas de apoyo durante la fase de implementación proporcionarán más orientación e información. Por ello, es importante prever la presentación periódica de informes y el intercambio de resultados.

Fuente: Social tracking methodology for the EU budget. (2023). European Parliament.
https://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2023/742788/IPOL_STU(2023)742788_EN.pdf
 

miércoles, 31 de mayo de 2023

Estrategias para la igualdad de género en la OCDE

La promoción de la igualdad de género es una prioridad estratégica para la OCDE, la cual incluye de manera transversal en toda su política. Combatir la prevalencia de brechas de género en áreas como la educación, el empleo, el emprendimiento y la vida pública no solo es un imperativo ético, sino una manera de evitar una inaceptable pérdida de oportunidades en cuanto al crecimiento, la innovación y la creación de empleo inclusivo, que está afectando la prosperidad de la economía en su conjunto.

La transversalización de género en la OCDE se lleva a cabo mediante el monitoreo periódico de las desigualdades existentes y emergentes en los países miembros, y de las medidas implementadas para avanzar en la igualdad de género en áreas como digitalización, política ambiental, inversión extranjera directa, energía y energía nuclear, comercio y transportes. También se realiza un esfuerzo importante en la definición de datos y estadísticas sensibles a género, como el Portal de datos de género de la OCDE, la Base de datos sobre familias, el Kit de herramientas de la OCDE para la transición digital, el Índice de Instituciones sociales y género, o los datos sobre Asistencia oficial al desarrollo para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

En el informe “Uniendo fuerzas por la igualdad de género: ¿qué nos detiene?”, recientemente publicado por la OCDE, se realiza un llamamiento a la acción urgente para abordar las desigualdades de género, mediante el trabajo conjunto, el enfoque transversal y el reconocimiento de la interseccionalidad como único enfoque comprensivo de la naturaleza multidimensional de la desigualdad de género. El informe también recoge buenas prácticas y experiencias, y da orientaciones específicas para cada área de desigualdad.

Entre las herramientas que la OCDE destaca y recomienda para luchar contra las desigualdades entre mujeres y hombres, que forma parte de los instrumentos de gobernanza, destaca la presupuestación con enfoque de género. Se reconoce que es un instrumento óptimo para impulsar procesos transformadores, y que se usa de manera cada vez más extendida en los países de la OCDE. En 2023, ya eran 22 los países que habían introducido medidas de presupuesto y género, frente a los 17 de 2018 y los 12 de 2016. No obstante, el grado de implementación es muy variable y existen retos comunes, como la falta de recursos, capacidades técnicas, conocimiento relevante y un limitado impacto en las decisiones presupuestarias.

El informe muestra igualmente las novedades más recientes, como la revisión de los requisitos de evaluación de impacto de género a tener en cuenta para mejorar la toma de decisiones, en países como Canadá, Irlanda, Letonia, Países Bajos, Portugal y España.

Fuente: OECD (2023), Joining Forces for Gender Equality: What is Holding us Back?, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/67d48024-en

viernes, 28 de abril de 2023

Encuesta de población activa (EPA). Primer trimestre de 2023 desde la perspectiva de género

Baja anualmente el paro en Andalucía, en mayor medida entre los hombres
En el primer trimestre del año el paro bajó un 3,9%, hasta llegar a un total de 754.800 personas paradas, de las que el 55,5% son mujeres y el 44,5% hombres. La evolución anual es de un descenso del -2,9% para las mujeres, y un -5,1% menos para los hombres, es decir, que para estos la reducción de paro es mayor. La tasa de paro se cifró en el 18,3% y fue más alta para las mujeres (21,8%) que para los hombres (15,3%). En España, el descenso del paro es menor que en Andalucía, concretamente del -0,4%, aunque la tasa de paro también es menor, del 13,3% (15,1% para las mujeres y 11,6% para los hombres).

Aumenta el empleo con respecto a 2022, con mayor intensidad para las mujeres
El número de personas ocupadas aumentó en Andalucía un 3,4% con respecto al mismo periodo de 2022, situándose en 3.327.500, de las que el 44,7% eran mujeres y el 55,3% hombres. El crecimiento para las mujeres fue mayor, un 5,4% que para los hombres, con un aumento del 1,8%. Esta evolución supuso que la tasa de empleo se situase en el 46,5%; siendo en los hombres 52,6% y en las mujeres 40,7%. En España la tasa de empleo es más alta, 50,8%, y el diferencial por sexo menor, con una tasa femenina del 46% y masculina del 55,9%. Aumenta el empleo en los servicios (7,3% el femenino y 3,4% el masculino) y la industria (2,9% en mujeres y 12,6% en hombres), mientras que se pierde en la construcción (-24,4% y -8,7% menos el femenino y masculino, respectivamente), y en la agricultura (descenso del -13,1% en mujeres y -7,9% en hombres).

El autoempleo en Andalucía sube para las mujeres y baja para los hombres. Desciende la temporalidad
El empleo por cuenta propia sube anualmente en 13.100 mujeres (7,4% más) y baja en -9.500 hombres (-2,7% menos). La tasa de autoempleo se sitúa en el 12,8% para las mujeres y el 18,5% para los hombres. Al comparar con el año anterior, el número de personas con contrato indefinido sube en 326.600, siendo el 51,1% mujeres y el 48,9% hombres, y con contrato temporal, baja en -219.700 (46,8% mujeres y 53,2% hombres). La tasa de temporalidad femenina alcanza el 24,5%, -9,6 puntos porcentuales menos que en 2022, y el 21,8% (-8,7 puntos menos) para la masculina. Finalmente, sube la tasa de empleo a jornada completa, 0,4 puntos en mujeres y 0,6 en hombres, llegando al 76,1% para las primeras y al 93,7% para los segundos, y baja la tasa de empleo a tiempo parcial, -0,4 puntos la femenina y -0,6 la masculina, hasta el 23,9% y 6,3% respectivamente.

Sube la población activa más para las mujeres, y baja la inactiva, solo entre las mujeres
La población activa aumenta en Andalucía un 2%, (79.600 personas activas más), un 3,5% más en mujeres y un 0,7% más en hombres, sobre el mismo trimestre de 2022. La tasa de actividad femenina se sitúa en un 52% y la masculina en un 62,1%. Por otro lado, la población inactiva baja un -0,2%, debido al descenso del -1,4% en mujeres, -25.700 inactivas menos, y sube en hombres un 1,4%, 18.900 más. Aumenta la inactividad por estudios (11.700 mujeres y 1.800 hombres) y por jubilación (7.500 mujeres y 17.100 hombres), y baja la motivada por dedicación a tareas del hogar, en 40.800 mujeres y 5.900 hombres.

viernes, 31 de marzo de 2023

Igualdad de género en el acceso a las enseñanzas STEM

En la mayoría de los países occidentales, las mujeres están muy poco representadas en los ámbitos STEM que no tienen una conexión directa con la prestación de cuidados, como la ingeniería y la informática. Sin embargo, están bastante representadas en los asociados a la salud y la prestación de cuidados, como la medicina, la química o la biología. Además, la investigación ha identificado una paradoja entre los niveles de igualdad de género y la participación de las mujeres en los campos STEM, cuanto más igualitarios son los países (por ejemplo, Noruega o Finlandia), menor participación femenina se da en los STEM. Sin embargo, países con políticas menos avanzadas en materia de igualdad (como India) presentan mejores niveles de presencia femenina. En estos últimos países, las presiones por lograr buenas condiciones de trabajo y calidad de vida fomentan la participación de niñas y mujeres en estos ámbitos.

La subrepresentación de las mujeres en las áreas STEM es un fenómeno complejo, influenciado por varios factores. Idealmente, las intervenciones que aborden los estereotipos de género deberían estar diseñadas para modificar los factores personales “maleables” (es decir, habilidades, actitudes, elecciones, autopercepciones o intereses), tratando de modificar simultáneamente diferentes aspectos en el ámbito social (estereotipos o falta de modelos femeninos), ambiental (padres/madres, industria) y escolar (políticas educativas, pedagogía, prácticas de orientación profesional).

Una de las debilidades de los programas que abordan esta problemática es que se enfocan solo en las niñas y no en el entorno más amplio. Esto también sugiere la necesidad de trabajar con los chicos, concretamente de nivel de secundaria, porque es necesario que ellos también cambien su mentalidad y contribuyan activamente a romper con los estereotipos de género. Para ello, invitar a profesionales STEM a las escuelas o llevar a niñas y jóvenes a los lugares de trabajo podrían ser buenas estrategias para este fin. Por otro lado, también se deben desplegar más esfuerzos para crear conciencia en la escuela y la industria sobre la importancia de cuestionar las declaraciones negativas sobre las niñas en STEM (es decir, su falta de competencias en materias y profesiones STEM) que podrían desanimar a las niñas a realizar actividades STEM.

Es fundamental mantener las intervenciones a más largo plazo y examinar la evolución del interés de las niñas y mujeres jóvenes en los campos STEM en el tiempo. La evaluación de las iniciativas debe estar conectada con las decisiones definitivas que toman los jóvenes sobre sus futuros caminos profesionales a largo plazo. Ampliar la aplicación de las actividades de participación a diferentes disciplinas más allá de los STEM también sería una forma ideal de aumentar el interés de las niñas en STEM mediante la mejora de su valor de utilidad social. Sería recomendable que las iniciativas se centren en los desafíos de la sociedad (como la lucha contra el cambio climático, la injusticia social, o el uso de la inteligencia artificial en beneficio de la sociedad). Por ello, es fundamental que las iniciativas tengan una perspectiva interdisciplinar, incorporando personal docente e investigador de las ciencias sociales y otras áreas del conocimiento vinculadas a las ciencias puras y la ingeniería.

Fuente: Sainz Ibañez, Milagros (2022). Cómo abordar los estereotipos y las prácticas que limitan el acceso a las enseñanzas STEM para mujeres y niñas. Informe Grupo personas expertas ONUMujeres.

lunes, 27 de febrero de 2023

La igualdad de género en el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia

La pandemia producida por la pandemia del COVID-19 y sus profundas consecuencias en la situación socio- económica han impulsado una movilización importante de recursos financieros y políticos por parte de la Unión Europea, en el contexto del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), instrumento mediante el cual se articula el Fondo Next Generation EU, a su vez parte del Marco Financiero Plurianual 2021-2027. La evidencia de los efectos especialmente graves que la crisis causó en las mujeres, y de cómo afectó a los avances alcanzados en la igualdad de género, puso sobre la mesa la necesidad de introducir la igualdad de género en el MRR, y trasladarla a los Planes nacionales mediante los que éste se ha articulado. Esto supuso a la vez, una oportunidad para dar un nuevo impulso a las tradicionales políticas de igualdad entre hombres y mujeres de la Unión Europea. En abril de 2022, el Parlamento europeo publicó un informe sobre cómo los estados miembros estaban aplicando la igualdad de género en sus planes nacionales, que fue actualizado en octubre de ese mismo año.

Una primera conclusión de estos informes fue que, aunque en consonancia con la regulación del MRR todos los países analizados declaran tener la igualdad de género como objetivo horizontal, solo algunos estados miembros han puesto en marcha, de manera explícita, reformas específicas o inversiones relacionadas con retos derivados de la igualdad de género o que tuvieran a las mujeres como beneficiarias. Las medidas más numerosas y variadas, con la igualdad de género claramente identificada en fases o hitos y objetivos asociados, se encuentran en los planes nacionales de Bélgica, Estonia, España, Italia y Austria. Para estos países, la Comisión estima que el 1,6%, 6,7%, 8,2%, 3,8% y 9,3% de sus medidas, respectivamente, se dirigen a mejorar la igualdad de género.

Bélgica, según la Comisión, ha aplicado en su Plan nacional un enfoque dual, que aborda tanto las consecuencias de la pandemia como desigualdades estructurales, entre ellas las laborales. En cuanto a Estonia, ha planeado medidas orientadas a reducir la brecha salarial y la segregación laboral, y a mejorar la presencia de mujeres en profesiones tecnológicas. Por su parte España cuenta, según la Comisión, con un Plan fuertemente centrado en el equilibrio en la presencia de mujeres y hombres, una de las cuatro líneas transversales junto con la transición verde, la digital, y la cohesión social y territorial. Italia, por otro lado, aborda mejoras en las políticas de empleo, cohesión social y territorial, instituciones sociales y en el sistema de salud. Por último Austria, según la Comisión, ha transversalizado la igualdad de género en todo su Plan nacional, y particularmente destaca el esfuerzo previsto en reformar las pensiones para reducir las brechas de género.

También se identifican ejemplos interesantes de reformas e inversiones explícitamente dirigidas a la igualdad de género en los planes de Francia, Grecia, Irlanda, Croacia, Chipre, Malta, Países bajos, Polonia y Portugal. En general, estas medidas se focalizan en sectores tradicionales, como el cuidado de descendientes y la educación, o en la reforma del sistema de pensiones. Otro grupo de países, aunque cuentan con propuestas potencialmente beneficiosas para la igualdad de género, no desarrollan acciones u objetivos concretos. Es el caso de Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Alemania, Grecia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, Finlandia y Suecia.

Fuente: Sapala, M. (2022). Gender equality in the Recovery and Resilience Facility. European Parliamentary Research Service.

lunes, 30 de enero de 2023

Análisis de la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2022 desde la perspectiva de género

El paro acumula seis trimestres de descenso, con más fuerza entre las mujeres en el último periodo analizado  
En el último trimestre de 2022, el paro es en Andalucía un -6,9% inferior al año anterior, lo que supone 56.800 personas paradas menos (baja un -7,9% para las mujeres y un -5,8% para los hombres). Esto sitúa la cifra de personas paradas en 764.900, de las que el 53,5% son mujeres y el 46,5% hombres. Es la cifra más baja de paro desde el tercer trimestre de 2008.

La tasa de paro andaluza llega al 19% (22% la femenina y 16,5% la masculina), tras bajar anualmente en -1,2 puntos (-1,7 la tasa de mujeres y -0,8 la de hombres). En España, el paro baja menos, un -2,6%, aunque la tasa de paro sigue siendo menor a la andaluza, concretamente del 12,9% (14,6% la femenina y 11,3% la masculina), tras bajar en -0,5 puntos (-0,4, mujeres y -0,5 hombres).

El empleo femenino aumenta interanualmente, aunque persiste la brecha de género
La variación interanual del número de personas ocupadas fue del 0,4%, 11.400 personas más, hasta llegar a un total de 3.261.200, de las que el 44,6% son mujeres (tras aumentar en un 1,5%), y el 55,4% hombres (que descienden con respecto al mismo trimestre de 2021 un -0,5%). En el conjunto de España, aumenta el empleo en un 1,4%, sin diferencias por sexo, llegando a un total de 20.463.900 personas con empleo, de las que el 46,4% son mujeres y el 53,6% hombres.

La tasa de empleo se sitúa en Andalucía en el 45,7%, con diferencias sustanciales por sexo, al cifrarse la femenina en un 39,8% y la masculina en un 51,8%, pese al acercamiento debido a la subida anual de la de las mujeres en 0,2 puntos, y la bajada de la masculina en -0,8 puntos.

En Andalucía, se destruye anualmente empleo en el agro (24.500 mujeres y 33.500 hombres menos), y la construcción (3.000 mujeres y 18.100 hombres menos), mientras que se crea en la industria (5.000 mujeres y 300 hombres más), y los servicios (43.900 mujeres y 41.300 hombres más).

Sube el empleo asalariado y baja la temporalidad, más para las mujeres
Aumenta el empleo asalariado con respecto al año anterior, un 1,7% para las mujeres y un 1,4% para los hombres. Sube el de carácter indefinido (20,1% para las mujeres y 16,6% para los hombres), y baja el temporal (-30,8% en mujeres y -30,2% en hombres). La tasa de temporalidad baja 10,7 puntos hasta el 23,4%, 24,6% la femenina y 22,3% la masculina.

El empleo por cuenta propia desciende en Andalucía un -5,6%, por el descenso en los hombres, del -8,3%, ya que no varía en las mujeres, aunque las tasas siguen siendo mayores para los primeros (18,5%) que para las segundas (12,4%). En cuanto al tipo de jornada, suben las tasas de empleo a tiempo parcial, llegando a valores del 24,7% en mujeres y 7,6% en hombres.

Segundo trimestre de bajada de la actividad y tercero de subida de la inactividad en Andalucía, con un mayor protagonismo masculino
El número de mujeres activas en el cuarto trimestre de 2023 baja en Andalucía anualmente un -0,7%, y el de hombres un -1,4%, lo que sitúa las tasas de actividad en el 51% para las mujeres y en el 62% para los hombres. En cuanto a la inactividad, sube por tercer trimestre, un 2,6% en mujeres y un 5% en hombres, especialmente a causa del incremento de personas que están estudiando (14.300 mujeres y 10.200 hombres más). En la inactividad por jubilación, desciende el número de mujeres y sube el de hombres (-15.000 mujeres menos y 20.400 hombres más). Por último, la dedicación a tareas del hogar cuenta con 11.100 mujeres y 5.900 hombres más.