Tienen el potencial económico de China e India juntas, pero ellas todavía no lo saben. Y, aunque parezca mentira, tampoco la mayoría de las empresas se han parado a pensarlo. Las mujeres viven una segunda revolución que se está gestando tan rápido que no ha dado tiempo a que el mundo la digiera.
Hay excepciones. Son pocas, pero demuestran la potencia del consumo femenino y la fuerza que ganan las compañías que se adaptan a él. Incluso las que venden en segmentos de mercado tradicionalmente considerados masculinos. Es el caso de Apple y su iPhone, el producto que actualmente más se ajusta al lenguaje de la mujer, según la consultora Avivah Wittenberg-Cox. Se trata de "un teléfono inteligente de última generación; de manejo intuitivo y fácil, con altas prestaciones y diseño atractivo", asegura. "En 2009, el 25% de sus compradoras eran mujeres y ahora ya son el 50%", agrega la impulsora del concepto womenomics, una nueva corriente de pensamiento que ha mezclado mujer y economía para denominarse y referirse "a las oportunidades que puede brindar a la economía, a las empresas y al mercado laboral un mejor equilibrio de género", afirma Wittenberg-Cox.
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