jueves, 20 de diciembre de 2018

Relación entre salud masculina y enfoque de género en Europa según la OMS

Con la adopción de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los gobiernos han reafirmado su compromiso con los objetivos de derechos humanos e igualdad de género, como cruciales para acelerar el progreso en el resto de objetivos y metas. Así, el ODS 5 sobre igualdad de género se considera facilitador del ODS 3, sobre salud y bienestar. En este contexto, en 2016, la Organización Mundial de la Salud publicó el informe “La salud y el bienestar de las mujeres en Europa: más allá de sus ventajas en materia de mortalidad”. Este año, se ha publicado el informe “La salud y el bienestar de los hombres en la Región Europea de la OMS: mejor salud a través de un enfoque de género”. Es la primera vez que la oficina regional de la OMS en Europa produce un informe global sobre salud masculina, y lo hace con perspectiva de género.

Según este documento, los hombres en la Región Europea de la OMS viven vidas más sanas y más largas que antes. La Región es un ejemplo debido a la impresionante reducción de la mortalidad prematura debida a enfermedades no transmisibles (ENT) y es probable que se alcancen los ODS para reducir la mortalidad prematura por ENT en un tercio, antes de 2030. Sin embargo, aun mueren demasiados hombres jóvenes en la Región. Y si bien la esperanza de vida masculina ha aumentado de manera constante en todos los países en las últimas décadas, se observa una diferencia de hasta 17 años entre los distintos países, y las diferencias dentro de cada país siguen siendo importantes.

El mayor riesgo de mortalidad prematura para los hombres es una realidad conocida. De hecho casi se considera un fenómeno natural. No lo es, y no debe ser considerado como tal. Se sabe que la biología por sí sola no puede explicar las inequidades en salud. Al igual que para las mujeres, los comportamientos de los hombres, la exposición al riesgo, los patrones que les llevan a ocuparse de su salud y las respuestas que reciben del sistema, están influidos por muchos factores. Los lugares donde viven, sus situaciones laborales, su educación, los roles de género en sus comunidades y sus redes sociales, entre otros elementos, son determinantes. Por otra parte, estos factores tendrán diferentes impactos según la edad, el origen étnico, el estado migratorio, la orientación sexual y la identidad de género.

Los resultados obtenidos por el informe llevaron a la formulación de tres áreas prioritarias en cuanto a la salud de los masculina: reducir la mortalidad prematura entre los hombres debido a las ENT y las lesiones no intencionadas e intencionadas; mejorar la salud y el bienestar entre los hombres de todas las edades y reducir las desigualdades entre y dentro de los países de la Región; y mejorar la igualdad de género mediante estructuras y políticas que promuevan la participación de los hombres en el cuidado personal, la paternidad, la atención no remunerada, la prevención de la violencia, y la salud sexual y reproductiva.

Propone el informe un amplio abanico de acciones específicas, comenzando por el reconocimiento de la relación entre igualdad de género y salud de los hombres. Se recomienda el fortalecimiento de mecanismos intersectoriales entre salud y educación para eliminar los estereotipos de género que son perjudiciales para la salud. Igualmente, se propone promover la implicación de los hombres en la mejora de su propia salud y la de sus comunidades, involucrándolos en la igualdad de género a través del aprendizaje de experiencias positivas, transformando los patrones de cuidado (incluidos el cuidado personal, de descendientes, de la familia y el cuidado no remunerado), y actuando para prevenir la violencia de género y mejorar su salud sexual y reproductiva.

Asimismo será necesario asegurar servicios de salud más accesibles para niños y hombres, que reconozcan sus necesidades de salud y los patrones de búsqueda de la salud, abordando el impacto de los modelos de masculinidad en la salud a lo largo del ciclo de vida. Otra recomendación se orienta a promover servicios de salud inclusivos, eliminando prácticas discriminatorias, especialmente hacia los hombres que sufren exclusión social y marginación debido a su edad, etnia, orientación sexual, identidad de género, falta de vivienda, discapacidad o afecciones de salud mental. Por último, se propone priorizar las intervenciones para reducir la exposición desproporcionada de niños y hombres al uso de alcohol y tabaco, abuso de sustancias, lesiones en accidentes de tráfico, y suicidios.

Fuente: The health and well-being of men in the WHO European Region: better health through a gender approach. WHO Regional Office for Europe (2018).

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