jueves, 27 de junio de 2019

Auditorías de género. Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), 2019

El Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), organismo autónomo de la Unión Europea para fortalecer la igualdad de género en la UE, ha publicado recientemente un documento(1) de carácter divulgativo que analiza en qué consisten, y cómo se llevan a cabo las auditorías de género. El documento define la “auditoría de género” como una herramienta de evaluación del grado en que la igualdad de género se institucionaliza efectivamente en las políticas, programas, estructuras organizativas y procedimientos (incluyendo procesos de toma de decisiones) así como en los presupuestos correspondientes de las organizaciones.

Son además un instrumento para introducir la perspectiva de género de forma integral en las instituciones, que abarca por una parte la cultura organizacional, y por otra, el diseño y la entrega de políticas y/o servicios. Las auditorías de género establecen una línea de referencia para medir el progreso a lo largo del tiempo, identificando brechas y desafíos críticos de género, y formulando recomendaciones sobre cómo pueden abordarse a través de mejoras e innovaciones.

Si bien no existe un enfoque estándar para llevar a cabo una auditoría de género, las organizaciones internacionales utilizan dos herramientas principales: la auditoría de género participativa y el marco para la integración de género. La primera consiste en un proceso que tiene como objetivo promover el aprendizaje práctico de las organizaciones para la integración de género. Se basa en metodologías como la revisión teórica, entrevistas semiestructuradas, y talleres colectivos. Por su parte, enfoque del marco para la integración de género parte de que una organización puede avanzar en igualdad de género solo si la perspectiva de género se integra en cuatro elementos: voluntad política y liderazgo; capacidad técnica; responsabilidad asegurando el compromiso con la igualdad de género en sus políticas, programas, proyectos, servicios y productos; y cultura organizacional.

Según el informe, una auditoria de género usualmente incluye dos dimensiones: una auditoría interna, relativa a la manera en que una organización fomenta la igualdad de género dentro de su estructura organizativa y de gestión; y una auditoría externa. Esta segunda dimensión tiene como objetivo evaluar hasta qué punto la organización integra esta dimensión en sus políticas, programas, proyectos y servicios en términos de planificación, ejecución y evaluación.

Cuando se aplica a políticas, programas, proyectos o servicios, la auditoría de género comienza explorando hasta qué punto la igualdad de género se integra en los objetivos y prioridades de alto nivel de las políticas, y evalúa en qué medida dichos objetivos se materializan en iniciativas específicas (por ejemplo, programas, proyectos, servicios). Se continúa analizando cómo se integra dicho enfoque en la fase de implementación de la política, programa o proyecto. Y finalmente, en la fase de monitoreo y evaluación, se investiga si las metas e indicadores incluyen la perspectiva de género tanto en términos de datos desagregados por sexo como de medición del progreso hacia la igualdad de género.

En cuanto a la metodología de aplicación de la auditoría de género, hay que distinguir una fase preparatoria, otra de desarrollo de la auditoría, y otra de redacción de la planificación de género. En la fase de preparación, el primer paso es obtener el compromiso de la alta dirección, y del resto de la organización, con los principios de igualdad de género, capacidad técnica y competencia en materia de igualdad de género. Se crea a continuación el equipo auditor, compuesto por personal interno o externo, y se perfila la estrategia de auditoría (objetivos, alcance y marco conceptual y metodológico).

La fase de implementación o desarrollo consiste en la recopilación, análisis y formulación de los hallazgos de la auditoría. Para ello se realiza en primer lugar un análisis documental, que se complementa con un periodo de consulta basado en instrumentos como entrevistas, autoevaluaciones y trabajos de grupo, entre otros. Finalmente, se analizan y tabulan los datos recogidos, con análisis de género, y se emiten los resultados y conclusiones correspondientes, que se ponen en conocimiento de las personas responsables y se hacen finalmente públicos.

Por último, sobre la base de las conclusiones de la auditoría, se implementará un plan de acción de género con el objetivo de avanzar en la incorporación de la perspectiva de género en la organización. El documento del EIGE finalmente recomienda crear un comité de género con la participación de la gerencia, el personal interno y las partes interesadas, con el fin de llevar adelante las recomendaciones del informe de auditoría y para la implementación, monitoreo y evaluación del plan de acción de género.

Un buen ejemplo de aplicación práctica de esta metodología son las Auditorías de Presupuesto y Género (APG)(2) que la Junta de Andalucía está llevando a cabo en el contexto de su Estrategia de Presupuesto con enfoque de género. Estas auditorías valoran en qué medida los programas presupuestarios y las entidades instrumentales de la Administración de la Junta de Andalucía han avanzado en la integración de la igualdad de género en la elaboración y ejecución del presupuesto público andaluz. Tienen como fin último la mejora de las prácticas presupuestarias con enfoque de género a través del aprendizaje continuo, aportando un avance en la rendición de cuentas sobre la igualdad. Se han aprobado ya tres planes de auditorías APG, gracias a los que han sido auditados 30 programas presupuestarios y entidades instrumentales, con el resultado final de una nueva planificación de género para cada uno de ellos.

(1) European Institute for Gender Equality, EIGE (2019).Gender Mainstreaming. Gender Audit.
(2) https://juntadeandalucia.es/organismos/haciendaindustriayenergia/areas/presupuestos/genero/paginas/auditoria-genero.html

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