Las empresas con mayor número de mujeres en sus puestos de dirección obtienen mejores resultados económicos en general. En rentabilidad sobre recursos propios (ROE, en sus siglas inglesas) la diferencia entre las compañías con más mujeres en los cargos más altos respecto a las que menos tienen es de un 53%. Si se analizan los beneficios por ventas, esa brecha se acorta a un 42% y en cuanto al retorno sobre el capital invertido la cifra que distingue a unas de otras se eleva al 66%. El estudio lo ha efectuado la organización americana Catalyst sobre las 500 mayores empresas del mundo.
Estos resultados no se explican sólo por la presencia de mujeres. Bastaría entonces con cambiar la composición de todas las compañías y los resultados económicos serían apabullantes. Es una cuestión de recuperar el talento que se queda fuera cuando las directivas son excluidas, su forma de pensar, de organizar, su modelo de dirigir. Es decir, sumar talentos. Así lo explicó ayer en Madrid la responsable de Catalyst en Europa, Eleanor Tabi Haller-Jorden, que participó en un congreso sobre calidad de vida y competitividad empresarial organizado por la Fundación Alares.
Tabi añadió otro ingrediente que debe sumarse a la presencia de mujeres: un líder que tenga una fe ciega, dijo, en que ésta es la política correcta. "El talento no está asociado a ningún sexo y si hay problemas en contratar talento se perderá en productividad", dijo. "El 36% de la gente que rota en el empleo se va por el jefe", añadió.
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