Columna de opinión de Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la Violencia de Género, y Luís Tosar, actor.
Un extracto:
Nosotros somos hombres que hemos conocido de cerca la violencia de género como consecuencia de nuestro trabajo, y por más que impacta el resultado de las agresiones, aún duele más penetrar por el entramado que hace posible esta violencia, que la rodea para ocultarla, para silenciar el eco sordo de los golpes y el lamento del dolor que genera. Que aísla a quienes la sufren, que las responsabiliza por ser malas madres y malas mujeres, y que las separa de la realidad que habitamos para hacer de la ocultación invisibilidad, y de ésta, inexistencia.
El verdadero motín hay que hacerlo extramuros, debe ser esa transformación social la que haga incompatible la libertad y la igualdad que reconocemos como valores superiores, con la existencia de celdas en las que son atrapadas muchas mujeres, ya en 2010 y, de no actuar frente al posmachismo, aún más en 2011. Una reacción que deberá ser protagonizada por quienes ahora también son llamadas por razones diferentes "malas madres" y "malos padres", mujeres y hombres que han roto con los barrotes de los roles tradicionales para vivir y crecer sobre la igualdad y la libertad.
Leer la columna completa en El País
No hay comentarios:
Publicar un comentario