miércoles, 22 de agosto de 2018

La contribución de la mujer a la actividad económica en Andalucía: una perspectiva sectorial

La contribución de la mujer a la actividad económica y el empleo en Andalucía ha experimentado un notable aumento desde el inicio de la autonomía andaluza. Si en 1981 tan sólo el 22,5% de la población ocupada en Andalucía eran mujeres, actualmente representan el 43,1% del total. Este notable aumento de participación de la mujer en la actividad económica ha llevado a que pasen de explicar apenas una quinta parte del PIB en 1981, a concentrar aproximadamente el cuarenta por ciento del mismo en la actualidad, lo que supone que su aportación se ha duplicado en este período.

Para estimar esta aportación se ha tenido en cuenta la participación que la mujer tiene en el total de horas trabajadas en cada sector de actividad, bajo el supuesto de una productividad sectorial por hora trabajada análoga en hombres y mujeres. Más concretamente, se han considerado el número de personas ocupadas, la duración de la jornada laboral (completa o parcial) y el número medio semanal de horas trabajadas en cada sector, diferenciando todas estas variables según el sexo.

Cabe analizar, de esta forma, cuál es la participación de la mujer en la generación de valor añadido (VAB) diferenciando por grandes ramas productivas. Como se observa en el gráfico adjunto, mientras que hay actividades en las que más de la mitad de la producción es atribuible a las mujeres, en otras su presencia es muy reducida.

Los sectores donde la contribución de las mujeres es menor son la construcción (4,3% del VAB es atribuible a las mujeres); la industria, tanto energía e industrias extractivas (14,2%) como industria manufacturera (20,5%); y el primario (23,8%). En los servicios, la participación de la mujer se sitúa por debajo del promedio global en información y comunicaciones (30,3%), donde se incluye edición; actividades cinematográficas de vídeo y programas de televisión, grabación de sonido y edición musical; telecomunicaciones; y programación, consultoría y otras actividades relacionadas con la informática. En una posición intermedia se sitúan comercio, transporte y hostelería, con el 38,9% de la producción atribuible a las mujeres. Por encima de la participación media en el PIB global aparecen actividades financieras y de seguros (44%), y actividades profesionales científicas y técnicas; actividades administrativas y de servicios auxiliares (44,1%); así como las actividades inmobiliarias (47,7%), donde se está cerca de la paridad.

Finalmente, las actividades donde la contribución de la mujer es mayor a la del hombre son: actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, actividades asociativas y servicios personales, con una aportación de la mujer a la generación de VAB que supera el sesenta por ciento (60,9%), siendo también más de la mitad (55,2%) en Administración pública y defensa, Seguridad Social obligatoria; educación; y actividades sanitarias y de servicios sociales.

Estos resultados ponen de manifiesto que para seguir avanzando hacia una participación igualitaria de ambos sexos en la actividad económica, y con ello, conseguir el máximo potencial de crecimiento económico, sería necesario potenciar la empleabilidad de las mujeres en ramas productivas donde su presencia aún es reducida, y más específicamente, en aquellas con mayor generación de valor añadido, como son las industriales (sólo el 21,5% de las personas ocupadas en la industria son mujeres) y las actividades vinculadas con la información y las comunicaciones (la tercera parte de las personas ocupadas en esta rama son mujeres). Es decir, propiciar una mayor presencia de las mujeres en el ámbito tecnológico e industrial se convierte en un reto fundamental para aumentar el potencial de crecimiento económico de Andalucía.
 

Fuente: Nota elaborada por la Secretaría General de Economía. Consejería de Economía, Hacienda y Administración Pública.

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