viernes, 30 de octubre de 2020

El Presupuesto con Perspectiva de Género, herramienta básica para la OCDE

La OCDE se encuentra implicada desde hace años en los esfuerzos para reducir las brechas de género, cuyas consecuencias, según manifiesta la institución multilateral, se trasladan a partes iguales a los ámbitos social y económico. En 2015, la OCDE lanzó sus recomendaciones para avanzar en igualdad de género en la vida pública, y en línea con este documento, publica ahora el trabajo Diseño e implementación de la presupuestación con enfoque de género: una vía para la acción. Según este informe, la presupuestación con enfoque de género (PPG) asegura que las medidas emprendidas por los gobiernos para reducir la desigualdad entre hombres y mujeres sean tenidas en cuenta de forma sistemática en las decisiones sobre ingresos y gastos del Presupuesto.

Siguiendo las recomendaciones de la OCDE, más de la mitad de los países miembros han comenzado a presupuestar con este enfoque, y otros muchos se encuentran en vías de hacerlo. De hecho, el informe lleva a cabo un recorrido por los distintos países asociados que están usando la herramienta de PPG, presentando experiencias destacadas que ejemplifican cada uno de los elementos que deben integrar y constituir el proceso de presupuestación con enfoque de género.

El establecimiento de líneas directrices desde la autoridad presupuestaria cuenta con una enorme potencia desde el punto de vista de la transversalidad, para alcanzar a todas las áreas de política. Por ese motivo, la OCDE recalca la importancia de que se emitan lineamientos en cuanto al presupuesto con enfoque de género, paralelamente a otras iniciativas como el presupuesto verde, el presupuesto socialmente responsable o el presupuesto orientado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Tres son los elementos que deben estar presentes en el diseño y puesta en marcha de un presupuesto con enfoque de género con capacidad transformadora y sostenido. En primer lugar, es necesario un sólido marco estratégico, ya que los esfuerzos en PPG requieren compromiso político, sólido liderazgo y un claro reparto de responsabilidades entre los diferentes actores, para poder llevar adelante este enfoque transversal. En segundo lugar, es imprescindible el uso de herramientas adecuadas. La OCDE recomienda en este sentido decantarse por un enfoque que se base en las estructuras presupuestarias y el en el modelo presupuestario ya existentes, y que sea incluido en todas las fases presupuestarias: ex–ante (planificación), aprobación y ex-post (evaluación). Finalmente, el documento subraya que es fundamental contar con un “entorno adecuado”, lo que incluye contar con un banco sistemático de datos desagregados por sexo, un personal con la formación y capacidades adecuadas, unas relaciones estructuradas que sustenten el compromiso con la sociedad civil y la supervisión de las instituciones encargadas del control, como el Parlamento y la Cámara de Cuentas.

Los primeros esfuerzos de la OCDE para elaborar un indicador compuesto en relación con los PPG miden la profundidad y el alcance con que cada país ha desarrollado cada uno de los tres elementos antes descritos, clasificándolos en cuatro categorías: nivel mínimo, nivel introductorio, nivel de transversalidad, y avanzado. Casi la mitad de los países de la OCDE que usan los PPG se encuentran en el nivel introductorio (Bélgica, Chile, Finlandia, Alemania, Israel, Irlanda, Italia y Portugal), y la otra mitad, se sitúan en el nivel de transversalidad (Austria, Japón, Corea, Canadá, Islandia, México, Noruega, España y Suecia). Ningún país hasta la fecha se puede clasificar como “experiencia avanzada”. Cabe señalar que no se analizan en este informe experiencias de ámbito regional o local.

Fuente: Designing and implementing Gender Budgeting, a path to action. OECD (2020). https://read.oecd-ilibrary.org/governance/designing-and-implementing-gender-budgeting-a-path-to-action_689198fa-en#page1
 

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