La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha
participado hoy en la presentación del ‘Libro Blanco sobre la situación
de las mujeres en la ciencia española’, un documento, elaborado por la
Unidad de Mujeres y Ciencia del MICINN, con la colaboración de la
Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), que ofrece las
claves para conocer la realidad de la mujer en la ciencia española.
El libro pone de relieve que aún queda camino por recorrer para
corregir la desigualdad de género en la ciencia, sobre todo en los
niveles más altos de la jerarquía académica, al tiempo que pretende ser
un documento de base que ayude a trabajar en la corrección del
desequilibrio que supone la escasa presencia de mujeres en el mundo
científico, especialmente en sus escalones más altos.
Según la ministra, el Gobierno ha trabajado activamente para corregir
este desequilibrio con iniciativas tan importantes como la nueva Ley de
la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, que da un salto importante
en materia de promoción del papel que las mujeres deben jugar,
incorporando la perspectiva de género. Esta nueva ley, ha subrayado,
“incorpora obligaciones orientadas a garantizar que el sistema español
de ciencia, tecnología e innovación, avance hacia una situación de
igualdad efectiva de género”.
“Podemos decir sin dudarlo que disponemos actualmente en nuestro país
de un marco legal modélico. Así lo reconoció recientemente la
catedrática de la Universidad de Stanford, Londa Schiebinger, una
experta mundial en este ámbito cuando afirmó que si la legislación
española se aplica adecuadamente en el futuro, España se pondrá a la
cabeza entre los países modelo de buena práctica internacional”, ha
subrayado la ministra.
Garmendia ha destacado la necesidad de seguir trabajando en esta
línea con medidas al más alto nivel político y de decisión. También, ha
dicho, “hay que incidir en las causas de tipo estructural, en los
estereotipos y practicas institucionales y personales que generan sesgos
y barreras cuyos efectos negativos para las carreras de las mujeres son
muy reales”.
En este sentido, el libro revela que aunque el 60% de las personas
tituladas en la universidad española son mujeres y se gradúan con
mejores expedientes que los varones, sólo el 23% del profesorado de
investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
y el 15% de las cátedras de universidad están ocupadas por mujeres.
El Libro Blanco también constata que en los últimos 20 años el
porcentaje de catedráticas sólo ha aumentado en un 6%. Suele pensarse
que esta baja presencia de mujeres en el escalón más alto de la carrera
científica se debe a la tardía incorporación de las mujeres a la carrera
académica y que el simple paso del tiempo conducirá por si sólo a una
equiparación.
Sin embargo, ha explicado la ministra, la experiencia internacional
muestra, que, “sin medidas activas como las que el Gobierno ha tomado
con la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, la presencia de
mujeres en el sistema científico no sólo no avanza en proporción al
número de mujeres cualificadas para acceder a los puestos más altos de
la carrera, sino que, en algunos casos y momentos, incluso puede
retroceder”.
Informe de la Comisión Europea
En el acto de hoy se ha presentado también el informe ‘Cambio
Estructural en las instituciones científicas: excelencia, igualdad y
eficiencia en la investigación y la innovación’, publicado por la
Comisión Europea, que propone un abanico amplio de medidas que pueden
ser desarrolladas por los distintos agentes del sistema de ciencia y
tecnología.
Los datos aportados por este informe coinciden en grandes líneas con
las del ‘Libro Blanco sobre la situación de las mujeres en la ciencia
española’. Según este documento, pese a que el 45% de licenciados
europeos son mujeres, sólo el 30% de las carreras investigadoras están
ocupadas por mujeres (37% en el caso español). Las estadísticas empeoran
en las posiciones de liderazgo; sólo 8% de los catedráticos y el 13% de
los rectores de universidad son mujeres.
Según los autores, este informe, además de analizar la situación de
las mujeres europeas en el ámbito de la investigación, suministra
herramientas para pasar a la acción.
El documento propone cambios estructurales en las instituciones
científicas, de manera que las decisiones sean más transparentes, se
supriman los sesgos inconscientes de género en las prácticas
institucionales, se modernice la gestión de los recursos humanos
considerando las implicaciones de género, se promueva la excelencia a
través de la diversidad, y se mejoren la investigación y la innovación a
través de la integración del análisis de género.
Fuente: Ministerio de Ciencia e Innovación
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