viernes, 4 de noviembre de 2011

Madres de la patria

Veintisiete mujeres realizaron una labor única en las Cortes para la redacción de la Constitución de 1978. La directora Oliva Acosta ha realizado con sus testimonios un documental emocionante y necesario que alumbra una cara de nuestra historia hasta hoy sorprendentemente inédita. 'Las constituyentes' se estrena en el Festival de Cine de Sevilla.

¿Cómo se concibe que nadie haya hecho realidad este documental, no sé, cinco, 10 años atrás?
No es más que un síntoma de que en cuanto a la situación de las mujeres en la sociedad estamos viviendo más en la percepción de la igualdad que en su realidad. Es reflejo de una sociedad que todavía tiene unas raíces profundas patriarcales y que invisibiliza en muchos casos la historia de las mujeres y sus aportaciones a la Historia. Las cosas han cambiado mucho a mejor, pero todavía tenemos ese lastre.

¿Se puede hablar también de olvido?
Son dos siglos de historia constitucional, y las mujeres sólo hemos participado en la de 1931, con nueve, y en esta de 1978, que son 27. Pero la aportación que hicieron fue impecable. Yo he ido de sorpresa en sorpresa y de emoción en emoción en cada entrevista. Cada una de ellas es una película. Sí, son 70 minutos que saben a poco.
 
¿Cuánto se ha dejado fuera?
Muchas cosas que me han contado y que no caben. Con ese material me gustaría prepara otro documental... Imagínate: el 23-F desde la perspectiva de ellas, algo que nunca hemos escuchado.

¿De dónde viene la épica que respira la película?
Creo que la épica está en ellas. Tener a esas mujeres delante y conseguir su complicidad para contarme su historia, por qué entraron en política y cómo vivieron ese momento... Por mi parte, también hay algo de épica en levantar un proyecto cinematográfico en estos tiempos (risas).

¿Qué has aprendido de ellas?
Las mujeres de mi generación (tengo 50 años) nos hemos sentido muy huérfanas, sin modelos de referencia sociales, políticas, culturales... Me llama mucho la atención Asunción Cruañes cuando dice que tenía 52 años y votaba por primera vez. Cada vez que lo veo me emociono... Todas tienen una impronta, una dignidad tremenda. No tienen nada que perder, ya han vivido lo más importante, son abuelas, tienen a sus nietos y nietas... y una libertad para decir lo que piensan que te impresiona. Las cosas que dicen a veces son demoledoras.

¿Cuál podría ser su mensaje para nuestro convulso presente?
Su insistencia por la política, en el sentido de la generosidad y la búsqueda del consenso por encima de casi todo para poder avanzar. La mayoría de ellas no querían casi hablar del momento actual. Respiraban una desilusión, una especie de desencanto.

Usted fue responsable de comunicación en la ONU para Igualdad y Desarrollo Social. ¿Desde dónde se cambia más el mundo, tras la cámara o en un despacho en la sede de Nueva York?

Naciones Unidas ha sido motor del cambio para la igualdad y nuestro trabajo allí ha supuesto algo muy importante. Y me ha marcado a la hora de elegir los temas en los que invierto mi vida. Por ejemplo, hice un reportaje para Documentos TV sobre los abuso a menores que ha tenido una repercusión enorme y que te hace pensar que con el audiovisual también se puede hacer muchísimo bien.

Fuente: El Mundo, Yo Dona.

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