martes, 1 de noviembre de 2011

La igualdad económica no es acorde a los avances en materia de salud y educación para las mujeres de todo el mundo

A lo largo de los últimos seis años, si bien el 85% de los países han mejorado sus indicadores en materia de paridad de género, el resto del mundo ha visto cómo la situación se iba deteriorando, sobre todo en muchos países africanos y sudamericanos. El sexto Global Gender Gap Report 2011 (índice de disparidad entre géneros) del Foro Económico Mundial muestra que en el último año Nueva Zelanda, Sudáfrica, España, Sri Lanka y el Reino Unido han experimentado un leve retroceso en las clasificaciones sobre paridad de género; en cambio, Brasil, Etiopía, Qatar, Tanzania y Turquía han avanzado posiciones.


Los países nórdicos (Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia) continúan ocupando los primeros puestos al haber eliminado más del 80% de sus diferencias de género, mientras que los Estados más rezagados aún deben reducir esta cifra hasta en un 50%.

«La baja disparidad entre géneros está directamente relacionada con un mayor nivel de competitividad económica» afirma Saadia Zahidi, Directora Jefe, Directora del Programa de Mujeres Líderes y Paridad de Género del Foro Económico Mundial y coautora del informe. «Con la atención mundial puesta en la creación de empleo y el crecimiento económico, la paridad de género es la clave para desbloquear el potencial existente y estimular las distintas economías».


Por primera vez, el informe incluye conjuntos de datos que analizan las políticas nacionales orientadas a facilitar la participación de la mano de obra femenina. Dichos datos, basados en informaciones de casi 60 países, muestran que, a pesar de que el 88% de los países cuentan con legislación que prohíbe la discriminación en el lugar de trabajo por motivo de género, menos del 45% disponen de un instrumento nacional de evaluación comparativa. Según el informe, en el 20% de los países estudiados existe la representación femenina obligatoria en las juntas directivas y en el 30% hay cuotas obligatorias de participación política.

«Las diferencias de género se reducen cuando los países reconocen los imperativos sociales y económicos. Con las políticas adecuadas, el cambio se produce con gran celeridad», indica la coautora Laura Tyson, titular de la Cátedra S.K. and Angela Chan de Administración Global en la Haas School of Business de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.).

Las puntuaciones internacionales en cuanto a salud y educación son alentadoras: en el ámbito de la salud se han eliminado ya un 96% de las disparidades y en el de la educación la cifra es de un 93%. La participación política y económica sigue siendo el área que presenta mayores diferencias en el mundo.

«Los niveles de alfabetización y esperanza de vida con buena salud entre las mujeres continúan siendo alarmantemente bajos en numerosas zonas de África y Asia. En América Latina, las mujeres reciben más formación escolar que los hombres, pero el matrimonio y la maternidad todavía no son compatibles con una participación política y económica más completa por parte de las mujeres. Hemos avanzado enormemente, pero aún nos queda mucho camino que recorrer»,  afirma el coautor del informe Ricardo Hausmann, Director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.

El índice Global Gender Gap Report evalúa 135 países —que comprenden más del 93% de la población mundial— en cuanto al reparto adecuado de recursos y oportunidades entre la población masculina y femenina. El informe calcula la magnitud de la disparidad entre géneros en cuatro ámbitos:
  • Participación y oportunidades económicas: salarios, participación y empleos altamente cualificados
  • Educación: acceso a la educación elemental y superior
  • Poder político: representación en las estructuras de toma de decisiones
  • Salud y supervivencia: esperanza de vida y proporción de sexos
Los resultados de este índice pueden interpretarse como el porcentaje en el que se han reducido las diferencias entre hombres y mujeres. De todos ellos, 114 han sido estudiados desde la primera edición del informe, hace seis años. Trece de las catorce variables empleadas para crear la clasificación proceden de indicadores de datos objetivos, de acceso público, de organizaciones internacionales como la Organización Internacional del Trabajo, el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud.

«Un planeta en el que menos del 20% de los dirigentes mundiales son mujeres es un planeta que está desaprovechando una enorme oportunidad de crecimiento e ignorando un potencial sin explotar», señala Klaus Schwab, fundador y Presidente del Foro Económico Mundial.

Análisis regional
A nivel regional, en lo que respecta a América Latina y el Caribe, Cuba (20) recupera el liderazgo en la zona gracias al gran número de trabajadoras técnicas y profesionales (60%) y de mujeres en el parlamento (43%), así como por los niveles elevados de matriculación femenina en la educación primaria, secundaria y terciaria. Brasil (82), pese a permanecer en la segunda mitad del índice, ha avanzado tres puestos con mejoras en la igualdad de los salarios percibidos, los ingresos estimados para las mujeres y la posición de Dilma Rousseff al mando del país. Guatemala (112) se mantiene en el último puesto de la región.
En el mundo árabe, los Emiratos Árabes Unidos (103) se mantienen a la cabeza. Arabia Saudí (131) y Yemen (135) continúan cerrando la lista de los países de la zona, aunque Arabia Saudí protagoniza uno de las mayores progresos de los 114 países que se han incluido en el informe desde 2006.

Filipinas (8) conserva el primer puesto entre los países asiáticos, sobre todo gracias a sus logros en materia de salud y educación. Tailandia (60), que este año ha escogido por primera vez a una primera ministra, sigue siendo un país bien posicionado, con las mujeres copando más de la mitad de las matriculaciones en la educación terciaria y una elevada participación general en la población activa. A pesar de que China se mantiene como tercer país peor situado en el subíndice de salud y supervivencia (133) —a causa de la sesgada proporción por sexos en el nacimiento— su punto fuerte reside en la gran participación femenina en la población activa (74%). La India (113), la República Islámica de Irán (125), Nepal (126) y Pakistán (133) ocupan las últimas posiciones en las clasificaciones regionales. La India es la peor situada de las economías BRIC presentes en el índice.

En África, Lesotho (9) es el único Estado subsahariano en el que no existen diferencias en materia de salud o educación. Los únicos otros países en desarrollo que lo consiguen son Belice y Filipinas. Burundi (24) se presenta como el único país donde la participación femenina en la fuerza laboral supera a la masculina. Cierran la lista Nigeria (120), Benín (128), Costa de Marfil (130), Malí (132) y Chad (134).

En Europa, Suiza (10) sigue mostrando progresos en el acceso a la educación, la participación económica y el poder político, mientras que Italia (74) y Turquía (122) se sitúan entre los países peor clasificados.
En Norteamérica, los Estados Unidos (17) escalan dos posiciones, prosiguiendo con su ascenso en las clasificaciones generales, debido a una leve reducción de las diferencias salariales, así como al crecimiento más lento registrado en otros países.

Aetna, Booz & Co, Burda Media, Clifford Chance, The Coca-Cola Company, Ernst & Young, HCL, Heidrick & Struggles, Kraft Foods, Manpower, McKinsey & Company, Mumtalakat, NYSE Euronext, Olayan Group, Omnicom y Renault Nissan Alliance son socios comunitarios del Programa de Mujeres Líderes y Paridad de Género del Foro Económico Mundial.

Fuente: Foro Económico Mundial

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