Nyberg cree posible abandonar el viejo modelo de cargar en las mujeres todo el peso de las tareas de la casa y repartirlo a partes iguales entre la pareja. La receta más efectiva es "aprobar un permiso paternal obligatorio que no pueda ser transferido a las madres".
De este modo, opina Nyberg, los padres están forzados a participar en las labores domésticas. Así ocurre en Suecia desde 1994. "Noruega fue el primer país que creó un nuevo modelo al ofrecer la posibilidad de cambiar baja maternal por el permiso paternal. Los padres tenían la opción de cuidar a sus hijos, pero la mayoría no se quedaban en casa. Por esta razón, en 1994 el Gobierno sueco comenzó a conceder un mes de permiso parental que no se podía transferir a la madre. El padre tenía que quedarse un mes con los hijos obligatoriamente", afirma la experta sueca.
La experiencia ha demostrado que el permiso paternal obligatorio es adecuado y "está funcionando muy bien" en su país. En el caso de dar la opción de elegir a alguno de los progenitores, "siempre acaba la mujer ocupándose del cuidado de los hijos y las tareas de la casa. Lo que hemos constatado es que el padre se queda en casa únicamente cuando no se le permite transferir ese derecho a la madre".
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