La primacía masculina se mantiene únicamente en la carrera diplomática, donde solo hay un 30% de presencia femenina.
Los cuerpos de élite del Estado, a los que se accede por oposición -abogacía del Estado, economistas del Estado, judicatura, notarías, registros e inspectores de Hacienda, principalmente-, están copados por mujeres. No solo han igualado el nivel de representación respecto a sus compañeros masculinos, sino que lo superan con holgura. Así, ellas son mayoría tanto en la fase de aspirantes como en la de aprobados.
¿Los motivos? Mientras sociólogos y pedagogos aseguran que la mujer tiene más tesón y es más disciplinada en el estudio, el elevado porcentaje de aspirantes a las oposiciones de acceso a estos puestos muestra también el fuerte atractivo que la función pública ejerce sobre el sexo femenino, especialmente en cuanto a las facilidades para hacer frente a algunos aspectos de la conciliación, como la maternidad.
En cualquier caso, los datos no dejan lugar a dudas sobre cuál es el sexo fuerte en la élite de la Administración. Según una amplia recopilación estadística, realizada por el profesor de Economía de la Universidad Carlos III, Manuel Bagués, el 55% de los aspirantes a entrar en la abogacía del Estado son mujeres. Seis de cada diez opositores que obtienen plaza son también de sexo femenino.
En el caso de los economistas del Estado el éxito es todavía más rotundo. Mientras solo un 46% de los candidatos es de sexo femenino, la cifra de mujeres entre los aspirantes que aprueban la oposición crece hasta el 59%.
Tanto en registros como en notarías y judicaturas, la hiperrepresentación femenina se ha consolidado de forma evidente en los últimos años. Las aspirantes a registradoras constituyen así el 58% del total de quienes se presentan a la oposición, un porcentaje que disminuye hasta el 53% entre los que obtienen plaza, pero que mantiene la primacía femenina en el cuerpo. En el caso de notarías, un 56% de los opositores son de sexo femenino; la cifra entre quienes obtienen éxito en el examen es del 54%.
Entre jueces y fiscales, la presencia femenina es abrumadora. Siete de cada diez opositores es mujer, una proporción que sube hasta el 74% entre quienes obtienen plaza.
Entre los secretarios judiciales, las cifras proporcionan un buen argumento para que los partidarios de las políticas de cuotas dirijan sus desvelos hacia el otro sexo: un 78% de los nuevos secretarios son secretarias, al igual que el 76% de los aspirantes.
También en Hacienda la supremacía masculina ha cedido terreno en las estadísticas. Seis de cada diez opositores a inspector de Hacienda es una mujer, una proporción que se mantiene idéntica respecto a las plazas obtenidas.
Del análisis de los datos de la mayoría de los cuerpos superiores se desprende que en el seno de la Administración pública pervive únicamente una pequeña aldea gala donde el desequilibrio de fuerzas se mantiene en sentido opuesto: se trata del cuerpo diplomático. Aunque un 43% de los aspirantes a un puesto dentro de la diplomacia es mujer, solo el 31% de ellas obtiene una plaza.
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