Las campañas reducen a la mitad el número de fumadores en 30 años.
Entre los hombres, se ha pasado de un 62,3% de fumadores en 1978 a un 35,3% en 2007, una evolución que ha tenido un impacto directo (aunque lento) en el descenso de este tipo de tumores. Y tratándose de cáncer de pulmón, una caída de la incidencia es clave en la letalidad, ya que la supervivencia de los pacientes a los cinco años es inferior al 15%.
En las mujeres, la tendencia es opuesta. Comenzaron a fumar más tarde, y están replicando la curva epidémica (de momento en la etapa ascendente) de los hombres. Un 23,9% de mujeres españolas fumaba en 2007 frente a un 17,6% en 1978. Y lo peor: entre los 16 y los 24 años están enganchadas a la nicotina el 32,7%, por un 31,1% de los hombres.
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