martes, 6 de septiembre de 2011

¿Por qué no hay docentes varones en las aulas de educación infantil?

Acostumbrados a escuchar casos de discriminación machista a todas horas, es raro pararse a pensar en que algunos hombres también lo sufren, ya que el trabajo que pretenden viene siendo considerado, socialmente y desde siempre, “cosa de mujeres”. Esta frase, así como su análoga, “cosa de hombres”, traen implícitas una serie de prejuicios que afectan al desarrollo socio-laboral de las personas. ¿Quién no se ha extrañado al saber de una mujer taxista, piloto o guardaespaldas?
Es fácil encontrar hombres que trabajan en ciertas profesiones como moda, estética o similares consideradas en el ámbito doméstico como “cosa de mujeres”. Estas profesiones adquieren en el ámbito profesional un carácter más igualitario, a veces incluso, con tendencias machistas; todos conocemos a algún cocinero, modisto o peluquero famoso, pero más difícil es encontrar a una médico, empresaria o abogada famosa. Pero hay un sector en el que la participación del hombre no está del todo aceptada e integrada en la sociedad. En educación infantil  es raro encontrar hombres trabajando salvo en el equipo directivo del centro. ¿Por qué un hombre no puede cuidar y educar a un niño igual o mejor que una mujer? ¿No se supone que una persona formada tiene la capacidad de ejercer su trabajo indistintamente del sexo?

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