martes, 5 de abril de 2011

Las ‘mompreneur’, una fuerza laboral en Francia

El país vecino vive un auge de madres que se lanzan a montar su propia empresa. Es un 'boom' emprendedor edificante para los tiempos que corren.

Con una mano sujetan el maletín y con la otra empujan el carricoche. Van corriendo de la mesa del despacho a la trona y la culpa de sus noches en vela se la reparten a medias los llantos del bebé con las cifras de negocio. Cada vez son más las francesas que se enfundan el traje de empresarias sobre el de madres. Autobautizadas como las mamiemprendedoras (mompreneur), son madres, empresarias y cada vez más numerosas en el mapa corporativo galo.

El nombre lo han tomado prestado de sus homólogas en Estados Unidos, verdaderas pioneras del movimiento y que ya suman 7 millones. Malabaristas de la conciliación doméstica y profesional, estas emprendedoras tienen entre 25 y 40 años de media, han cursado estudios superiores y la mayoría ocupaba puestos intermedios antes de lanzarse a la aventura en solitario, según un perfil realizado por la asociación Mumpreneur France.

Los nueve meses de embarazo se convierten para ellas en un periodo de "doble incubación". Mientras esperan a su bebé cocinan su proyecto profesional. Al final del camino, el parto es doble. "No fue durante el periodo de lactancia, sino mientras cuidaba a mi hijo, cuando me di cuenta de que la conciliación no era posible si volvía a trabajar así que decidí que era el momento de crear mi propia agencia", explica Elodie, periodista especializada en comunicación empresarial.

Aunque no se trata de un fenómeno nuevo, en Francia se ha acelerado en los últimos años. Son varias las razones que han alimentado este boom maternoempresarial. Con más de 800.000 partos al año, nuestros vecinos son los campeones europeos en natalidad y, además, sus madres son las más activas del continente, con una tasa de actividad del 80% en el caso de las que tienen un hijo.

A esto se une el machismo de las empresas: según datos de un estudio realizado por la firma Regus, especializada en gestión de trabajo al domicilio, un 41% de los empresarios teme una falta de flexibilidad en sus empleadas madres y el 29% tiene miedo de una nueva baja de maternidad.

Mejor solas que mal acompañadas o incomprendidas, esta falta de apoyo en el trabajo hace que muchas prefieran montar el "chiringuito" por su cuenta. En el plano burócrático, lejos de desanimar, los papeles también alientan la decisión. A las ayudas que el Gobierno francés concede a las recién estrenadas se une la reciente reforma del estatuto del emprendedor, que ha democratizado la creación empresarial en suelo galo.

Desde su entrada en vigor en 2009, más de 500.000 personas se han apuntado a esta fórmula que permite a todos los franceses crear su empresa de forma simple y rápida, sin apenas trámites, siempre y cuando no generen más de 80.300 euros de cifras de negocio por una actividad comercial o más de 32.000 euros en el ámbito la prestación de servicios o actividades liberales. A esto se añaden las ventajas fiscales.

Teletrabajo

El mejor aliado en la batalla de las mamiemprendedoras francesas es el ordenador. Las nuevas tecnologías y el desarrollo del comercio online facilitan la gestión de unas agendas siempre apretadas. De hecho, el 79% de las empresarias asegura haber creado su empresa para ganar independencia y el 62% afirma disfrutar de una mayor flexibilidad para combinar el cuidado de los hijos con sus asuntos. Esto explica que la mayoría de las empresarias galas haya parido su compañía en sectores relacionados con las nuevas tecnologías, o en aquellos que facilitan el teletrabajo, como son los servicios de consultoría o a las empresas (comunicación, asesoría empresarial), los servicios a la persona y el comercio online.

Además, las redes sociales han puesto la guinda al pastel virtual. La Red facilita la comunicación y el apoyo mutuo, e incluso ya se han creado redes dirigidas a estas gestoras de pañales y cuentas (les-mompreneur.com, mompreneurs.fr o mompreneurs.over-blog.com). En este contexto se ha desarrollado otra innovadora iniciativa: los mamicafés. En estos akelarres colectivos las asistentes intercambian información y experiencias en una doble dirección: la de la empresa y la de la familia.

“Se trata de poner en común nuestras experiencias. También servimos de soporte a aquellas futuras madres que estudian crear su negocio, pero no saben cómo hacerlo”, explica Edwige. Madre de dos hijos, esta mujer aprovechó sus diez años de experiencia en el mundo de la moda para pasarse al negocio de la ropa para bebé. De esto hace ya tres años. Sabe que en un país como Francia no falta mercado al que dirigirse. “La mayor ventaja es la flexibilidad que te permite, aunque no hay que engañarse: Al final trabajas el doble y encima no desconectas nunca”, recuerda esta madre todoterreno que advierte: Colocarse la medalla de empresaria junto a la de madre no es fácil. Al contrario, dos galones pesan más que uno.

De hecho, según la citada asociación de mamiemprendedoras, el 86% reconoce que el hecho compartir espacio doméstico y profesional les obliga a trabajar durante los fines de semana o por las tardes, mientras que sólo un 54% de las asalariadas lo hace. El 58% explica que, a pesar de la aventura, aún tiene dificultades para gestionarlo todo.

Su expansión es tal que estas heroínas domésticas ya han creado un galardón que premia a la mamiempresaria del año. El pasado año se presentaron 300 proyectos, aunque sólo tres recibieron premio. El esfuerzo de todas ellas lo merece.

Fuente: Expansión

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