Columna de opinión de María Pazos en El País.
Un extracto:
El Gobierno argumenta que se trata de superar el "problema" de la escasa utilización del tiempo parcial en España. Es cierto que en otros países europeos la incidencia de este fenómeno, femenino en todos sin excepción, es mucho mayor. En Holanda ya el 75% de las mujeres empleadas están a tiempo parcial y, lo que es más grave, la mayoría trabajan menos de 20 horas a la semana. A ello se ha llegado con el mismo tipo de medidas que ahora se pretenden profundizar en España: por el lado de la oferta, potenciando que "los trabajadores con responsabilidades familiares" elijan reducir sus horas de trabajo. Por el lado de la demanda, subvencionando a las empresas para que aumenten su utilización.
¿Pero por qué y para quién es beneficioso el desarrollo extensivo del tiempo parcial? Les puede venir bien a algunas empresas, pero lastra el funcionamiento del mercado de trabajo y, con ello, la productividad de los países. En efecto, donde este fenómeno se ha ido imponiendo, se han configurado profesiones y sectores donde las mujeres trabajan por norma a tiempo parcial, junto a otros a tiempo completo y abrumadoramente masculinos. Más allá de la capacidad de trabajo desperdiciada, esta segregación sexual del mercado de trabajo crea ineficiencias, pues impide que cada persona encuentre el puesto que le corresponde. Las mujeres ocupan sistemáticamente estos puestos peor remunerados y poco cualificados, a pesar de que tienen igual nivel de formación que los hombres.
Leer la columna completa en El País.
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