Tras el acuerdo alcanzado sobre las pensiones, el aumento a los 67 años de la edad legal de jubilación ha quedado matizado, excluyendo de ese requisito a quienes acrediten 38,5 años cotizados a los 65 años de edad. Efectivamente, para esos "trabajadores de toda la vida" (un 71% de los hombres y un 23% de las mujeres que se jubilan actualmente), la rebaja de las pensiones podría no ser sustancial en el supuesto (nada probable) de que la estabilidad en el empleo de ese grupo se mantuviera en el futuro. Pero lo que es seguro es que la reforma será desastrosa para las personas con lagunas de cotización importantes, concretamente mujeres en su mayoría.
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