La propuesta de fijar cuotas por sexos en puestos directivos hace temer por el peso de los méritos. Los expertos alertan del desperdicio de talento femenino.
Casi un 60% de los titulados universitarios en la Unión Europea son mujeres. Sin embargo, apenas ocupan un 12% de los puestos de responsabilidad en las grandes compañías. La mujer se forma, llega a la empresa y no avanza. No asciende. Los prejuicios que todavía dominan el mundo empresarial, la dificultad de compaginar la carrera con la vida personal y familiar y unas políticas de conciliación aún en pañales no ayudan. Y ese desequilibrio, además de ser un atentado contra la igualdad, provoca que la sociedad desperdicie gran parte de su talento. Algo que si no se remedia, advierten los expertos, continuará ocurriendo. Hay mujeres preparadas, solo hay que buscarlas. Europa debate cómo lograr más presencia femenina en puestos directivos en el sector privado. ¿Formación y concienciación o cuotas?
El sistema de cuotas no gusta al Círculo de Empresarios, que lo consideran "innecesario". "Las mujeres se están incorporando de forma natural a los puestos directivos", afirma Fernando Eguidazu, su vicepresidente. Pone de ejemplo la junta directiva de su organización, donde hace 10 años no había una sola mujer y ahora hay seis (de 18 miembros). Eguidazu sostiene que el método correctivo puede perjudicar a los hombres. "La incorporación de la mujer al mundo directivo es buena y desable, no solo por razones éticas, también porque son el 50% del talento. Borrarlo es irracional. En el pasado sí ha habido prejuicios, pero se están superando y cada vez más se contrata al más competente, algo que las cuotas no aseguran", dice. "Las cuotas además marcan. Pueden llegar a perjudicar a las propias mujeres. Ahora las que llegan lo hacen por méritos, con la cuota no está claro", remarca.
Inmaculada Álvarez, presidenta de Mujeres Empresarias (Omega) ha ido cambiando de opinión con el tiempo: "He sido de las mayores detractoras de las cuotas. Creo que ascender es algo que se debería hacer por talento", dice. "Pero pasan los años y observamos que se avanza a un ritmo tan lento que el desequilibrio no se soluciona. Hacen falta elementos correctores que cambien la situación, y no hay más mecanismo corrector que imponer cuotas. El sistema ha dado buenos resultados en otros campos, como la política. ¿Por qué no introducirlo en la empresa?", argumenta.
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