Desde que Londa Schiebinger (Lincoln, Nebraska, 1952) llegó a la Universidad tuvo claro que era lo suyo. Primero como estudiante y después como profesora. "Decidí quedarme en la enseñanza porque se aprende cada día. Me encanta el conocimiento", dice. Se nota. Esta catedrática de Historia de la Ciencia de la Universidad de Stanford (EE UU) interroga curiosa sobre el pescado del menú del día: merluza. Su traducción al inglés -hake- no le dice nada. No hay problema, mejor probarla.
Con ese mismo espíritu se sumergió hace ya más de 30 años en la investigación del papel de las mujeres en la ciencia. "Pensaba centrarme en la filosofía, pero quería hacer algo distinto, y apenas hay datos sobre mujeres científicas", cuenta. ¿Son pocas o no las conocemos? "Las ha habido, y con logros inmensos, pero se las ha invisibilizado". Sus trabajos sobre ello le valieron a Schiebinger hace unos años el premio de investigación Alexander von Humboldt. Fue la primera mujer en ganarlo en Historia de la Ciencia.
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